Durante más de 48 horas después de la muerte del presidente Kim Il-Jong en Corea del Norte, los servicios de inteligencia de EUA y Corea del Sur no tenían ni la más remota idea de lo que estaba aconteciendo, siendo ésta una nueva falla del espionaje estadounidense en aquel país clave para la región.
Escriben Mark Landler y Choe Sang-Hun en el New York Times que el lunes cuando la televisión estatal avisó que al mediodía tendría lugar un “anuncio especial”, funcionarios de inteligencia sudcoreana no pensaron que sería gran cosa.
Ello no obstante las semejanzas en las circunstancias en torno al anuncio del padre de Kim en 1994.
“Muestra una enorme brecha en las redes de inteligencia de Corea del Sur en Corea del Norte”, dice. (Ambas naciones están técnicamente en guerra desde 1951).
Dice el Times que a los servicios de inteligencia se les pasaron una serie importante de eventos durante esas 48 horas. No lograron detectar la movilización militar en torno al tren donde viajaba Kim cuando sufrió el ataque cardiaco que le fulminó.
Ni las llamadas frenéticas entre funcionarios tratando de ver como tomar control de la situación.
Ni las circunstancias en torno al nombramiento de Kim Jong-un, hijo tercero del difunto dictador, como presidente de la nación.
Agregan que tampoco es esta la primera vez que sus espías no saben que está sucediendo.
Corea del Norte, dicen, logró construir una planta para el enriquecimiento del uranio que nadie detectó durante año y medio hasta que los mismos coreanos del norte la mostraron a científicos estadounidenses en el 2010.
Igualmente, en medio de la guerra en Irak, Corea del Norte construyó una central nuclear en Siria, sin que lo supiera la inteligencia occidental. (Esta planta fue destruida por la aviación de Israel, señala).
Corea del Norte, agrega el Times, es un estado “fracasado”, pobre, aislado y armado con bombas nucleares.
Sin embargo ni siquiera saben a ciencia cierta la edad del nuevo mandatario.
Es círculo de poder, dicen, es realmente herméticos. Y esta falta de inteligencia solo va a complicar la situación.
“Con poca información sobre Kim Jong-un, hijo y sucesor de Kim, e incluso menos conocimiento sobre las intrigas políticas en Pyongyang, la capital, gran parte de su respuesta será basada en puras conjeturas”.
Están reducidos al papel de espectadores.
