ACTUALIZACION 3/5/2012. Informa LA Times que desde su celda Anthony García había elaborado un esquema para cobrar mensualmente cheques por US$1,600 en beneficios de desempleo. Dice que operaba en complicidad con familiares quienes cobraban y depositaban parte del dinero en su cuenta de la cárcel. El resto lo compartía con su pandilla.
Tan orgulloso estaba Anthony García, miembro de la pandilla Rivera 13 en Los Angeles, de haber matado al vendedor de una licorera que se mandó hacer un tatuaje recreando el crimen con lujo de detalles, tales como manera como el cadáver cayó, las lámparas de la calle y otros, dibujándose incluso, en forma de helicóptero porque su apodo es “Chopper”, disparando balazos.
Según Robert Faturechi en Los Angeles Times, un investigador policiaco mirando los tatuajes de pandilleros reconoció la escena en el pecho de García como la del crimen que venía investigando por varios años.
Cada vez que un pandillero es detenido, las autoridades le toman una foto a sus tatuajes ya que en muchos casos sirven para identificarlo, explica.
Con la foto de García, las autoridades lograron ubicarlo y, posando como pandilleros, dos agentes obtuvieron suficiente información para comenzar el proceso.
Definitivamente no brilla por su inteligencia.
