Un rey sin paísKigeli V Ndahindurwa, de 76 años y 2.18 metros de estatura, fue rey de Ruanda entre 1959 y 1961. Hoy día, sumido en la pobreza y padeciendo de la depresión, vive en Virginia en vivienda subsidiada por el gobierno de EUA.

Escribe Ariel Sabar en el Washingtonian en una nota bajo el título “Un rey sin patria”, que Ndahindura ocupa su tiempo mirando televisión, especialmente programas de lucha libre.

También le gusta regalar dulces a los niños.

Lo describe como un anciano amable.

Dice que el ex rey quisiera regresar a su patria e intentar ayudar a reunir las etnias Hutu y Tutsi que en 1994 libraron una feroz guerra civil que dejó un saldo de casi un millón de muertes.

“Me produjo una tristeza terrible. Lo único que yo pude hacer era rezar por esa gente”.

En un momento, dice Washingtonian, el ex monarca intentó realizar una “gira por la paz” en Ruanda. Pero su incapacidad de hablar inglés, y aislamiento que se traduce en falta de influencia, lo impidió.

Aunque siempre fue un símbolo, ahora el antiguo rey no tiene absolutamente ninguna influencia en las acciones y decisiones del presidente Paul Kagame y su poderoso círculo de la etnia Tutsi.

Lo único que hace es mirar la lucha libre en la televisión.

Artículo en inglés