Un creciente sistema de controles fronterizos a la salida de EUA, están dificultando el regreso a su patrias de personas indocumentadas, lanzándolas a un limbo legal en que no se marchan por temor a ser detenidos y se ven forzados en vez a quedarse en un mundo clandestino y de discriminación, escribe Marc Lacey en el New York Times.

Hasta hace dos años, salir de EUA era fácil. Lo difícil era ingresar.

Pero ahora, la administración Obama implementó estrictos controles de salida.

Dice que con frecuencia la policía fronteriza ingresa a los buses que se dirigen al sur, cargados de migrantes de vuelta a sus pueblos y aldeas.

En retenes permanentes paran y requisan vehículos y cuestionan a los peatones, apunta.

Al interrogar a las personas saliendo del país en busca de contrabando, agrega, con frecuencia encuentran inmigrantes que sin ser contrabandistas, no tienen permiso para estar en EUA.

Aquellos que no tienen antecedentes criminales pueden seguir de largo, dice. Sin embargo, a los otros se les toman fotografías y huellas dactilares, fichándolos por ingreso ilegal a EUA.

Al estar en la base de datos del gobierno de EUA, enfrentarían penas más severas si se les vuelve a encontar en EUA.

El Times menciona diversas razones por las que algunos se van de Arizona por la frontera a México: las leyes migratorias más severas y de mayor implementación dificultan la vida, dice. La situación económica hace más difícil sobrevivir. También, otros se van por razones personales.

Pero con las nuevas dificultades en salir, agrega, es posible que algunas personas indocumentadas se vayan de los estados con leyes migratorias más estrictas a otros más hospitalarios, dice.

Artículo en inglés