Frustrados. Furiosos. Desencantados. Desinflados. Traicionados.
Así se sienten los latinos en EUA que con enorme ilusión esperaron al fin del verano para el anuncio presidencial sobre inmigración que habría decretado alivio ejecutivo y así evitar las deportaciones que diariamente separan a unas 1000 familias.
El único anuncio que vino, sin embargo, fue que no habría tal anuncio, al menos hasta después del 4 de noviembre cuando tendrán lugar las elecciones para el congreso.
Ahora, los demócratas están intentando evitar que esa irea alcance al presidente Obama y, por extensión, a los candidatos demócratas, según informa Mike Lillis en The Hill.
Conscientes del sentir en las comunidades, aún así los demócratas persiguen culpar a los republicanos que dominan la Cámara de Representantes y se han negado a discutir una reforma migratoria.
Palabras del Representante Luis Gutiérrez, conocida voz en pro de los derechos de inmigrantes.
“¿Por qué deberíamos castigar a nuestros amigos y aliados que han apoyado nuestra causa? Esto no tiene ningún sentido político”.
Gutiérrez pide una “estrategia política inteligente”, que incluya movilizar a los latinos para que voten.
El RepresentanteTony Cárdenas de California, dice que “La comunidad latina está frustrada con el presidente pero furiosa con los republicanos”.
Los demócratas apuestan a que por más que las comunidades de inmigrantes no vean las demoras con buenos ojos, seguirán siendo una opción menos peor que los republicanos.
De aquí a noviembre, podrían ser deportadas unas 70,000 personas, dijo un comentarista anoche en MSNBC, ¿habrán perdonado y olvidado eso los latinos para el 2016 cuando se celebre la próxima elección presidencial?