Vivió gran parte de su vida en un hospital de Manhattan, aunque se encontrara en buena salud, dedicando gran parte de su tiempo a jugar con las muñecas de su colección valoradas en millones de dólares.
Dejó una fortuna de unos US$400 millones, sin hijos y dos testamentos escritos en el 2005, fortuna que hoy día es punto de discordia en los tribunales del estado de New York.
Huguette Clark igualmente dejó tres otrora lujosos apartamentos en la 907 Quinta Avenida, dos de ellos con vista al Central Park, que se han puesto a la venta por un total de US$55 millones.
Aunque todo se maneja con la confidencialidad que distinguió la vida de la excéntrica heredera, Elizabeth A. Harris del New York Times tuvo la oportunidad de hablar con algunos de los potenciales compradores.
“Es como regresar 100 años en el tiempo. Habían paneles de roble en las paredes, los pisos originales y en la cocina aparatos de 1915 “, dijo uno.
“Algo salido de un castillo inglés”, señaló otro.
Dos de los apartamentos ocupan la totalidad del octavo piso.
Huguette Clark también fue dueña de dos mansiones, una en Santa Barbara, California, y la otra en New Canaan, Connecticut.
Nunca vivió en ninguna de ellas, dice.
Aunque vacías, las lujosas viviendas tenían encargados.
En Manhattan, dice el Times, pagaba unos US$600 semanales por mantenimiento para sus apartamentos. Las cuotas mensuales y otros pagos en las propiedades del 907 Quinta Avenida, alcanzaban los US$25,000 mensuales.
Durante ese periodo, agrega, Huguette Clark gastó más de US$3 millones en sus muñecas.
En espera de un comprador, los apartamentos de la Quinta Avenida han sido vaciados de las pertenencias de Huguette Clark. Sus muñecas, que podrían costar varios millones, han sido cuidadosamente empaquetadas y guardadas en una bóveda con control de temperatura.
Lo único que queda, dice, son unas pinturas en la pared, tal vez de muñecas japonesas. Las pintó Huguette Clark.
