Habla padre de Mollie TibbettTraducimos al español una columna escrita, en medio del inmenso dolor de haber enterrado a su asesinada hija, por Rob Tibbetts, padre Mollie. En claras y contundentes palabras, el señor Tibbetts pide que no se utilice el nombre, ni la muerte, de su hija para justificar ataques racistas en contra de los hispanos de EUA. La nota fue publicada en el Des Moines Register. 

Una muestra de decencia: No tergiversen la muerte de Mollie para avanzar el racismo.

Por Rob Tibbetts. Hace diez días, nos enteramos que Mollie jamás regresaría a casa. Destrozada, mi familia se pcomenzó a celebrar la extraordinaria vida de Mollie y optamos por compartir nuestro dolor en privado. Desde el primer momento, los políticos y los expertos usaron la muerte de Mollie para promover varias agendas políticas. Les hicimos un llamado y amablemente se detuvieron. Por eso estamos agradecidos.

Lamentamente, otros han ignorado nuestro pedido. En su lugar, han elegido tegiversar cruelmente y corromper la trágica muerte de Mollie para promover una causa a la que ella se opuso vehementemente. Yo animo un debate sobre la inmigración; hay mucho que ganar en un resultado razonable. Pero no se apropien del alma de Mollie para avanzar puntos de vista que ella consideraba profundamente racistas. Ello aumenta gravemente el crimen que robó a Mollie de nuestra familia y, es para citar a Donald Trump Jr., “decorazonado” y “despreciable”.

No hay espacio para equivocarse, Mollie era mi hija y mi mejor amiga. Durante sus exequias, dije que Mollie no era la víctima de nadie. Tampoco es un peón en el debate de otros. Es posible que ella no pueda hablar por sí misma, pero yo si puedo y lo haré. Por favor, déjenos fuera de este debate. Permítanos sentir dolor en privacidad y con dignidad. Por fin, muestren algo de decencia. En nombre de mi familia y de la memoria de Mollie, les estoy implorando que paren.

A lo largo de este calvario, me he preguntado, “¿Qué haría Mollie?” Escribo esto mientras veo al Senador John McCain en cámara ardiente en la Rotonda del Capitolio y sé que el mal vencerá únicamente si la gente buena no hace nada. Tanto Mollie como el senador McCain eran buenas personas. Sé que ambos se levantarían ahora y harían algo.

La persona acusada de quitarle la vida a Mollie no es un reflejo de la comunidad hispana como tampoco los supremacistas blancos reflejan a todas las personas blancos. Sugerir lo contrario es mentir. La justicia en la América mía es ciega. Esta persona recibirá un juicio justo, tal como debería ser. Si es declarado culpable, enfrentará las consecuencias que la sociedad ha establecido. Más allá de eso, no merece más atención.

Para la comunidad hispana, mi familia está con ustedes y pedimos nuestra su sincera disculpa. Que les hayan acosado por las circunstancias de la muerte de Mollie está mal. Valoramos la contribución que aportas al tapiz americano en todo su color y melodía. Y sí, amamos vuestra comida.

Mi hijastra, a quien Mollie amaba tanto, es latina. Sus hijos — los queridos sobrinos de Mollie y mis nietos — son latinos. Eso significa que soy hispano Soy africano. Soy asiatico. Soy europeo. Mi sangre corre desde todos los rincones de la Tierra porque soy estadounidense. Como estadounidense, tengo un principio: respetar a todos los ciudadanos del mundo y participar activamente en la búsqueda continua para formar una unión más perfecta.

Dado ello, fomentar deliberadamente la discordia entre las razas es una deshonor para nuestra bandera. Incita el miedo en comunidades inocentes y otorga legitimidad a los rincones más oscuros y cargados de odio del alma estadounidense. Es lo opuesto al liderazgo. Es lo opuesto a la humanidad. Es desalmado Es despreciable Es vergonzoso

Ahora tenemos la oportunidad de prestar atención a las lecciones que nos enseñaron Mollie, John McCain y Aretha Franklin: humanidad, imparcialidad y valor. Durante la mayor parte del verano, la búsqueda de Mollie unió a esta nación como ninguna otra actividad. Se sintió la voluntad nacional común que iba más allá de la opinión, la raza, el género y la geografía. No perdamos de vista ese milagro. No perdamos de vista a Mollie.

En cambio, movilicemos contra el racismo en todas sus desagradables manifestaciones tanto sutiles como expresas. Mirémonos los unos a los otros con toda la compasión que le dimos a Mollie. No gritemos: Escuchemos. Construyamos puentes, no muros. Celebremos nuestra diversidad en vez de discutir sobre nuestras diferencias. Puedo decirles que cuando se ha perdido a la mejor amiga, las diferencias son mezquinas y carentes de sentido.

Mi familia permanece eternamente agradecida con todos aquellos que adoptaron a Mollie tan de pleno y nos colmaron de cariño, compasión y generosidad. Por favor, acepten nuestro deseo de permanecer privados mientras compartimos nuestra pérdida. Amamos a Mollie con todo nuestro corazón y la extrañamos terriblemente. Necesitamos tiempo.

Carta original en inglés