Un experimento sobre las causas de la obesidad conducido en California e Italia indica que al probar alimentos ricos en grasa, el cuerpo comienza a emitir naturalmente desde el intestino químicos parecidos a la marihuana que producen ansias de comer más, escribe Tara Parker-Pope en el New York Times.
El experimento, que se condujo con ratas, indica que la compulsión de muchas personas de comer ciertas cosas (papitas fritas, por ejemplo) surgen de los sistemas biológicos, más allá del control del individuo.
Esto, apunta el Times, aumenta la complejidad del debate sobre la obesidad.
El objetivo del estudio era medir cómo el sabor, y solo el sabor, afecta la respuesta del organismo a la comida. Las ratas bajo dietas líquidas ricas en grasa, al recibir el líquido grasoso tuvieron una reacción impactante, dice. “Tan pronto como alcanzaba sus papilas gustativas, su sistema digestivo comenzaba a producir químicos endocanabinoides, parecidos a los que produce el uso de la marihuana”.
Agrega que al descubrirse que la señal de comer más comidas ricas en grasa surge en el intestino crece la posibilidad de producir nuevas drogas dietéticas.
La pregunta es si algunas personas nacen más sensibles a ciertos alimentos, o si toda una vida de comer en exceso conduce a cambios en el cerebro y el cuerpo que promueven una respuesta más fuerte de alimentos.
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