Destrucción en Ucrania
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Washington debe impulsar una salida democrática en la región

Apartes de una nota publicada en inglés en Responsible Statecraft, firmada por Hrair Balian. La guerra en Ucrania debe terminar urgentemente. Cuanto más tiempo continúe, mayores serán sus desastosas consecuencias y más desafiantes serán los obstáculos para el establecimiento de la paz.

Dado que ambas partes están exhaustas, es posible que se abra una ventana estrecha para encontrar una salida diplomática de la guerra, lo cual hace concebible una pausa. Aunque inicialmente un alto el fuego congelaría las pérdidas territoriales actuales de Ucrania, ello sería preferible a que la guerra continúe indefinidamente. Las negociaciones de paz posteriores abordarían el resultado injusto del alto el fuego.

Si bien la invasión rusa de Ucrania es una violación flagrante del derecho internacional, es la consecuencia de un fracaso monumental de la diplomacia. Las diferencias durante décadas de Rusia con Ucrania y Occidente, particularmente sobre la expansión de la OTAN, deberían haber sido objeto de diálogo en lugar de desprecio. En cambio, EUA continuó alentando las ambiciones de la OTAN de Ucrania, incluso en noviembre de 2021. La reanudación urgente del diálogo entre EUA y Rusia es esencial para poner fin a la guerra en Ucrania.

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Ya en su sexto mes y sin mostrar señal alguna de conclusión, la guerra ha causado un inmenso sufrimiento humano y destrucción en Ucrania. La guerra ha cobrado un saldo de más de 100,000 bajas ucranianas, desplazando a más de 14 millones. Se estima que los costos de reconstrucción de Ucrania ascienden a un billón de dólares. Del lado ruso, los cálculos sitúan las pérdidas en 75,000 muertos y heridos. Estos son números impactantes.

El impacto combinado de la guerra, los refugiados, las sanciones sin precedentes a Rusia y la disminución de los suministros de energía rusos están provocando una alta inflación y escasez de combustible en Europa. Además, la guerra ha impedido la exportación de productos agrícolas de Rusia y Ucrania a países en desarrollo, provocando inseguridad alimentaria. Lo más siniestro es que la guerra ha hecho añicos una línea roja en las relaciones internacionales: se escucha el “ruido de sables” nuclear.

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Corresponde a Washington un papel vital en este esfuerzo de pacificación. Como fuerza impulsora detrás de la coalición transatlántica que apoya la resistencia de Ucrania y principal artífice de las sanciones impuestas a Rusia, EUE debe asumir la responsabilidad de preparar el terreno para negociaciones eventuales entre las partes en conflicto. En primer lugar, EUA debe urgentemente regresar al diálogo con Rusia. En este sentido, designar a Rusia como estado patrocinador del terrorismo, como amenaza el Congreso de los EUA y Ucrania insta, equivaldría a quemar todos los puentes con Rusia en el futuro previsible y condenar a Ucrania a una guerra interminable.

Nota completa en inglés en Responsible Statecraft