Lo más seguro es que digan que sí. Después de todo, leer el futuro es el negocio de ellos.

Lo supieran o no, no impide que la noticia de que debido a una oscilación en el eje de la tierra — conocida técnicamente como una “precesión” — hayan alterado la alineación de las estrellas y constelaciones, cambiando por consiguiente los signos del zodiaco, que para los adeptos es parte integral de su ser. (Aquí podrá ver los nuevos signos).

La noticia, basada en un artículo en la página LiveScience, se publicó en un periodico de Minnesotta primero. Luego, con la velocidad viral de Internet, y el ciclo noticioso inmediato, a través de Facebook y Twitter, más los canales de televisión por cable, el mundo lo divulgó.

Entre los creyentes, la crisis existencial cundió.

Condujo a un cuestionamiento total: desde el ser que es al ser que se pudo o debió haber sido.

Y los astrólogos han tenido que defenderse de lo que unos consideran un intento más de desacreditar su ocupación.

Rob Brezsny, quien escribe semanalmente una columna sobre astrología, dice que él y otros astrólogos siempre han sabido que las constelaciones y los signos de astrología no encajan. Pero como en el occidente la astrología no se basa en las estrellas sino en los planetas y el sistema solar, eso realmente no afecta su capacidad de leer el porvenir.

Lo cual no cambia el caos que produjo la noticia.

¿Cuál es el futuro de la astrología? ¿Se aceptará el nuevo signo Ophiucus?

Solo las estrellas (o los planetas) lo saben

Foto cortesía de rob young via flickr