Andrés Manuel López ObradorLa victoria de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 1 de julio prometen tener un enorme impacto en el hemisferio y el mundo. Pamela Starr publica en el New York Times una nota sobre el presidente electo de la nación hispana de mayor población en el mundo. Extracto.

MIAMI — En las votaciones del 1 de julio, los mexicanos eligieron por un amplio margen a Andrés Manuel López Obrador como su próximo presidente. AMLO, como se le conoce, ha sido tachado de populista, izquierdista, autoritario y nacionalista. No obstante, también se ha dicho que es un pragmático y un conservador en materia fiscal. ¿Quién es AMLO y qué tipo de presidente podría ser? Todas las anteriores son la respuesta correcta.

López Obrador es tanto un ideólogo de izquierda como un político pragmático. Favorece un mayor gasto social y también afirma ser un conservador fiscal. Defiende las elecciones como un demócrata comprometido, pero hace campaña como un populista, y tiene una vena autoritaria.

El presidente electo es un capitalista que hace un llamado para que el Estado tenga una mayor intervención en la economía. Insiste en que apoya a las empresas, pero acto seguido critica ferozmente por su nombre a los líderes empresariales de México debido a su historial de pactos favorables con el gobierno. Su coalición incluye a admiradores de la extrema izquierda de Fidel Castro y Hugo Chávez, evangélicos socialmente conservadores y casi a todos los que se encuentran entre estos dos extremos.

Es un político complejo que ha hecho declaraciones aparentemente contradictorias a lo largo de su carrera política y durante la actual campaña presidencial. ¿Entonces cómo gobernará a México López Obrador? De todas las formas anteriores. No hay varios AMLO, sino solo uno.

López Obrador es un ideólogo que se propone transformar a México en lo político, en lo económico y en lo social, pero que prefiere un cambio gradual a un levantamiento revolucionario acelerado; es un populista susceptible que ataca a sus opositores, pero opera dentro de los límites borrosos de la política mexicana. Sus metas tienen una motivación ideológica, pero sus programas son en su mayoría pragmáticos.

Como jefe de gobierno de Ciudad de México de 2000 a 2005, expandió el gasto para asistencia social, incluyendo una pensión para las personas de la tercera edad, sin hacer estallar el presupuesto. Trabajó estrechamente con el empresario Carlos Slim para renovar el Centro Histórico, que todavía presentaba daños por el fuerte terremoto de 1985. Así mismo, atrajo a asesores internacionales para que le ayudaran a desarrollar nuevas ideas para lidiar con la inseguridad y la delincuencia.

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Imagen via NYT