Con la extensa reorganización por Barack Obama del sistema de inmigración de EUA, la Casa Blanca y el partido demócrtas está haciendo una apuesta dramática y probablemente irreversible de que la ultra diversa coalición que impulsó la candidatura de Obama sostendrá al partido hasta el 2016 y más allá, escriben Alexander Burns y James Hohmann en POLITICO.
Durante meses, la mayor preocupación de los estrategas demócratas — aparte de sí Hillary Clinton se va a postular en el 2016 — ha sido si podría transferirse a otro candidato presidencial el apoyo sin precedentes que obtuvo Obama entre jóvenes, mujeres y el electorado de color, dice POLITICO.
En términos políticos, entonces, la apuesta del presidente es que a los votantes de la nueva generación, el segmento del electorado de crecimiento más rápido, influenciados por la juventud socialmente progresista y una creciente población latina.
Los demócratas prevén serias dificultades en el Sur e incluso en zonas del llamado Rust Belt, pero aún así esperan que sus esfuerzos serán recompensados generosamente en los estados que han oscilado rápidamente hacia ellos en las elecciones nacionales gracias a la aceleración de los cambios demográficos.
Foto cortesía Erik Hersman via flickr
