Aunque Rick Santorum tiene mucho de que celebrar — Colorado, Minnesota y Missouri — ¿bastará esta victoria anunciada por días para ganarle la nominación del partido republicano?
¿Logrará con solo humillarlos desarmar a Newt Gingrich y derrotar a Romney?
Es un desafío serio en que le hacen falta dos elementos cada día más claves en la campaña, ambos bastantes difíciles de obtener: tiempo y dinero.
Tiempo porque, con la excepción de un debate en Arizona este 22 de febrero, la próxima votación no es sino hasta el 26 de febrero, con lo cual le será difícil aprovechar la ola de publicidad que acompaña cada victoria.
Y dinero porque, así como es probable que algunos multimillonarios se acerquen a él, Mitt Romney le aventaja por mucho en este campo, que dado el carácter de esta elección es imprescindible para avanzar.
De todas maneras, fue una victoria para Santorum que hace pausar:
Missouri: Santorum 55.2%; Mitt Romney, 25.3%; Ron Paul 12.2%; Newt Gingrich No estuvo en la boleta
Colorado: Santorum 40.2%; Mitt Romney, 34.5%; Newt Gingrich 12.8%; Ron Paul 11.8%
Minnesota: Santorum 44.8%; Ron Paul 27.2%; Mitt Romney, 16.9%; Newt Gingrich 10.7%
La victoria de Santorum fue, ante todo, una derrota para Mitt Romney, quien por más que se presente como el ganador imparable sigue sin lograr convencer al segmento más conservador del electorado republicano de que él articula su filosofía y es el hombre que va a derrotar a Barack Obama en noviembre. Es más, Romney había ganado dos estos estados en la elección primaria del 2007.
Es, igualmente, problemática para Newt Gingrich, quien en un momento jugó con la ilusión de convertirse en la alternativa del partido conservadora contra Romney, pero en las últimas semanas ha venido cayendo a pique.
De este momento hasta marzo 6, primero, cuando tendrá lugar el llamado Super Tuesday (donde 10 estados celebrarán sus primarias), después, hasta el 3 de abril en la elección de Texas, Santorum tendrá que sentar las bases para una organización que recaude dinero y movilice sus partidarios con mayor fuerza y eficiencia que los otros rivales.
Santorum lo sabe exactamente y anoche, tras su discurso de celebración en que dijo que él no es “la alternativa conversadora a Mitt Romney sino la alternativa conservadora a Barack Obama”, salió camino a Oklahoma a trabajar.
Fuentes diversas