En una campaña en que el dinero multiplica las probabilidades del éxito, la campaña por la reelección de Barack Obama ha apostado a una estrategia que está causando notable ansiedad entre algunos dirigentes del partido demócrata.
Escribe Nicholas Confessore en The New York Times que esta estrategia consiste en gastar enormes cantidades de dinero en las primeras fases.
Dice la velocidad con que se están vaciando las arcas de Obama no se ha visto en la campaña de un presidente por su reelección en tiempos modernos.
Desde el año pasado, dice el Times, el presidente ha gastado unos US$400 millones, gran parte de ellos en esfuerzos de inscripción de nuevos votantes igual que en la creación de infraestructuras a niveles locales.
En ello consiste el peligro, dice.
A algunos dirigentes del partido demócrata les preocupad esta estrategia ya que daban por supuesto que el presidente, al no haber enfrentado oposición en la fase primaria, tenía una ventaja financiera, dice.
Con la convención del partido republicano a solo semanas, Mitt Romney tiene unos US$25 millones más que Obama.
Pasadas las convenciones de ambos partidos, y entrada la fase final de la campaña, según el Times Romney recibirá dinero del gobierno federal, pero además tendrá el apoyo de los llamados Super PACs y grupos similares que funcionan al margen de la campaña sin ningún tipo de restricción de gasto.
La otra cara de la estrategia de Obama consiste en una recaudación de fondos super acelerada, dice.
Los asesores del presidente han tenido que organizar más visitas de recaudación de fondos de las que habían planeado en estados como New York, para aprovechar la generosidad de los partidarios del presidente, dice.
El super PAC que apoya a Obama, Priorities USA Action, ahora ha movilizado al ex presidente Bill Clinton en los esfuerzos por financiar la campaña.
El mensaje que Obama envió a sus partidarios hace una semana lo dice todo. “Mi cumpleaños la semana entrante podría ser el último que celebro como presidente. Eso no lo decido yo”, dijo el presidente recalcando la urgencia de donar a su campaña.
Foto: Campaña Obama-Biden
