La violencia contra extranjeros en Afganistán generada por la quema de una copia del libro sagrado musulmán por el líder de una pequeña secta religiosa en la Florida entró en su segundo día, con un saldo de por lo menos ocho personas más, esta vez en la ciudad sureña de Kandahar, escribe Laura King en Los Angeles Times.
Igual que ayer en Mazar-e-Sharif, dice, una multitud coreando consignas contra extranjeros atacaron edificios del gobierno, esparciéndose luego a diversas partes de la ciudad. Las autoridades culparon a los talibanes por el ataque, que además de los muertes causó docenas de heridos.
Este es el segundo día de violencia generada por la quema hace unos días de una copia del Corán por Terry Jones, pastor de una iglesia en la Florida. Jones había ocupado titulares internacionales el año pasado al anunciar sus intenciones, pero luego de la intercesión de importantes dirigentes religiosos, políticos y militares de EUA, cambió de parecer. Temporalmente.
Esta vez, llevó a cabo un “juicio” del libro sagrado, para luego quemarlo, agrega Los Angeles Times.
Ayer en Mazar-e-Sharif, hasta entonces una de las ciudades más pacíficas del país, los imanes denunciaron la acción de Jones durante los sermones de las ceremonias religiosas del viernes y al concluir turbas enardecidas salieron de las mezquitas, desatando una ola de violencia contra occidentales sin precedente, destruyendo los edificios de las Naciones Unidas, matando ocho personas.
Muchas de las misiones extranjeras siguen encerradas con la máxima protección.
Hasta el momento han muerto más de 20 personas con decenas de heridos por todo el país. Los nervios están de punta, señala.
El pastor no ha manifestado ningún tipo de arrepentimiento público por sus acciones y, en vez, ha pedido venganza, concluye.
