6935285541_4ce7b77b02_zCon gran alivio y moderado optimismo ha recibido el mundo los más recientes desarrollos en la crisis en Siria según los cuales el gobierno de Bashar al Assad ha firmado la convención internacional contra armas químicas, reduciendo así el espectro de un ataque de EUA.

Los diplomáticos de Rusia y EUA se han congratulado mutuamente y el peligro de que comenzaran a llover misiles de crucero sobre la sufrida nación parece haber reducido.

Ahora viene lo que podría ser más difícil: ubicarlos, acceder a ellos, y reunir los recursos para destruirlos.

Informa Patrick J. McDonnel en Los Angeles Times que muy probablemente no se encuentran en Damasco. Para llegar a ellos, deberá cruzarse áreas bajo control rebelde, por carreteras en diversos estados de destrucción.

Los rebeldes, que sienten traicionados porque EUA no intervino a favor de ellos, no van a abrir gustosamente las vías que controlan, dice.

Aún cuando los encuentren cabe recordar que su destrucción es podría tardar décadas. (La fecha que se han puesto según los pregonados acuerdos es noviembre).

Una nota de ironía, dice Richard Sisk en la página Military.com que podría requerir “botas en el terreno”. Es decir tropas extranjeras que arriesgen el viaje, se movilicen y hagan todas las diligencias.

¿Voluntarios?

Más información en inglés New York Times

Más información en inglés Los Angeles Times

Más información en inglés Military.com

Foto cortesía FreedomHouse via flickr