Tras el fracaso del super comité congresional encargado de encontrar una solución conjunta al déficit presupuestario, se esconde la campaña concertada de “derechistas fanáticos tan determinados a tumbar al primer presidente negro del país que están dispuestos a tumbar al país en el proceso”, escribe Jack White en The Root.
El racismo contra los negros enmarca la oposición a Barak Obama, dice. “No es la única razón por la que se oponen a él”, porque hay divergencias de opinión reales y legítimas.
“Pero está presente siempre. Creo que es la principal razón por la que la política ha llegado a tal punto de polarización y por qué es tan difícil para el gobierno lograr un consenso”.
Señala que en la elección del 2010, el partido republicano surgió gracias al voto de la población blanca. Obtuvo en aquella ocasión el 62 por ciento del voto de dicho segmento, “afianzando a los republicanos como el partido de los blancos en EUA”.
Cita a Thomas B. Edsall del New York Times quien explicó en una columna que los candidatos republicanos casi nunca hablan en términos abiertamente racistas, sino esconden su mensaje tras una retórica en muchos casos anti inmigrante.
“Ajustan para abordar los temores profundos de quienes creen que su precaria situación económica podría aliviarse si tan solo pudieran recuperar el país de las misteriosas hordas de gente de piel oscura que se ha colado por la frontera e incluso llegado a la Oficina Ovalada”.
Señala que la política racial se traza desde el momento mismo en que la población negra logró su emancipación. Y es algo que ha funcionado en el pasado a favor de las élites económicas y no espera que cambie.
“Hasta que no superen su resentimiento racial, muchos votantes blancos caerán en el engaño del partido republicano”.
