En el Liceo Francés Louis Pasteur le llamábamos, igual que a todos, por su apellido: Zalamea. Un muchacho que usaba el pelo bastante largo, de un color castaño rojizo.
Sabíamos que venía del mundo de las artes: su madre era nada menos que Marta Traba de Zalamea, una eminencia cultural.
Por eso con el correr de los años nunca nos sorprendió, aunque si nos causó admiración, lo lejos que llegaría Gustavo Zalamea.
Nos enteramos de su muerte hace unos días, en Manaos, mientras trabajaba en uno de los muchos proyectos que realizó.
Reproducimos la noticia, tal cual aparece en la revista vive.in arte.
“Por estos días, el creador se encontraba muy activo trabajando con su colega colombiano Nelson Vergara en un proyecto artístico que consistía en crear una obra colectiva a partir de recorridos fluviales.
Después de una destacada carrera como dibujante, principalmente, el hijo de la crítica de arte Marta Traba y del periodista Alberto Zalamea logró importantes reconocimientos, como el premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, por Mejor Aporte Original al Periodismo en el área de Diseño, el cual obtuvo en Julio de 1989. También el Premio Nacional de Diseño Gráfico Colcultura, en 1993.
“Zalamea era arquitecto de la Universidad Nacional y antropólogo de la Universidad Concepción de Chile.
“Bogotá fue uno de los temas recurrentes de sus dibujos, en los que tuvo la intención de plasmar a los sujetos que se crean, conviven y se desarrollan en la ciudad.
“María Eugenia Niño, del taller de libros de artista Arte Dos Gráfico y de la Galería Sextante, recuerda que el artista siempre manifestó un gran respeto por la obra de todos los jóvenes y que además, “no era de esos artistas que crean personajes parecidos, sino que permiten que se desarrolle”.
“Las obras de Zalamea se expusieron en varias ocasiones en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, cuya actual directora, Gloria Zea, tramita en este momento el traslado de sus restos a Colombia”.
