En el sudeste de Europa, la pequeña nación de Albania tiene más de 700,000 bunkers, o sea 1 por cada cuatro ciudadanos. Fueron construidos a enorme costo entre 1967 y 1985, como parte de la estrategia defensiva del secretario del partido comunista Enver Hoxha.
Nunca fueron utilizados y ahí siguen.
Tienen algunos usos — atracciones turísticas, viviendas, sitios discretos para las ansias carnales — pero el consenso es que son espantosos.
David Galjaard, fotógrafo holandés, comenzó a documentarlos en el 2008. Reune sus fotografías en Concresco, un libro publicado en el 2012.
Gracias: Edw Lynch, Laughing Squid
Fotos: David Galjaard