Desde que las redes sociales comenzaron a formar parte de la vida cotidiana de los usuarios de internet, la popularidad se mide en “amigos” y “seguidores”. En México hay 10.7 millones de cuentas de Twitter, cifra que ubica al país entre los 10 más tuiteros del mundo, según Mente Digital. Facebook es otra de las redes sociales más usadas por los mexicanos con 38 millones de miembros.

Personajes del espectáculo como la cantante Anahí, con 5 millones 490 mil 769 seguidores, o el bloguero Gabriel Montiel, apodado Werevertumorro con

2 millones 224 mil 455 seguidores en Twitter, son algunos con el mayor número de cuentas al tanto de sus tuits y que están por encima del presidente de la República, Felipe Calderón, que es seguido por dos millones 212 mil 675 cuentas.

A este universo, que se calcula empezó a tener auge en México desde el 2009, han comenzado a mudarse algunos personajes de la cultura nacional, de manera discreta y casi a cuenta gotas cada día suman más interesados en sus cuentas de redes sociales.

Músicos, compositores, cantantes, bailarines, coreógrafos, directores de orquesta, actores, dramaturgos y directores de escena, empiezan a utilizar las redes sociales como un escaparate para difundir no sólo su quehacer artístico, también para tener comunicación entre ellos y, en algunos casos, para interactuar con el público.

Cantantes de ópera como ArturoChacón Cruz (@ChaconCruz), David Lomelí (@davidlomenlink), Javier Camarena (@tenorjcamarena), María Alejandres (Alejandresmaria), Noé Colín (@NOECOLIN); los directores de orquesta José Arean (@jaconductor), Alondra de la Parra (@alondradlp), Miguel Salmón del Real (@miguelsdelreal); los bailarines Isaac Hernández (@IsaacHdzF), Elisa Carrillo (@ElisaCarrilloC), Bruno Ramírez (@BrunoRamrez) y Jaciel Neri (@jacielneri).

Los músicos Horacio Franco (@HoracioFranco), Ángel Rodríguez (@angelpianista); los dramaturgos Luis Mario Moncada (@moncadatzin), Richard Viqueira (@r_viqueira), Flavio González Mello (@FlavioGonzalezM); el director de teatro y actor Enrique Singer (@Enriquesinger); los artistas Gabriel de la Mora (@GabrieldlMora), Abraham Cruz Villegas (@autoconstruido), Rivelino (EstudioRivelino), entre otros. Todas las cuentas son presumiblemente manejadas por ellos mismos; excepto en casos como el del cantante de ópera Rolando Villazón (@RolandoVillazon), administrada por su agencia de relaciones públicas.

Aunque el dominio de la red lo siguen teniendo los escritores – pues la lista es numerosa-, quienes no sólo la han ocupado para crear obras en 140 caracteres, sino también y en muchas ocasiones como tribuna política.

Bitácora de vida

El bailarín Isaac Hernández, solista del Ballet Nacional de Holanda, es uno de los más activos usuarios de las redes sociales. Tiene dos mil seguidores, ha escrito mil 719 tuits, y en Facebook suma 5 mil amigos. Su éxito en los escenarios se remonta a principios de este siglo, pero es desde el año pasado una figura que poco a poco se ha dado a conocer en el país, hasta llegar a ser emblema de las políticas culturales de este sexenio. Sus números son discretos si se comparan con el de cualquier estrella del espectáculo, para un profesional de la danza, específicamente del ballet, es un caso único.

¿Cómo se siente después de una función?, ¿cómo son sus jornadas de ensayo?, ¿en qué piensa al estar lejos de su familia radicada en México?, ¿cuáles son sus preocupaciones? El intérprete ha llegado incluso a compartir miedos como el temor a padecer lesiones. Así, las redes sociales se han convertido en la bitácora de vida del ejecutante y en un espacio en el que puede mantener un diálogo con sus admiradores.

“Es muy bonito que la gente me exprese cosas buenas, me recuerda por qué hago lo que hago, como artista puedes influenciar de manera positiva en las personas que creen en ti y que te permiten entrar en sus vidas a través de las redes sociales. Muchos de los mensajes que recibo los imprimo y los tengo en mi casillero para los días difíciles”, dice en entrevista desde Ámsterdam.

Otro de los bailarines que constantemente comparten detalles de su quehacer artístico, ya sea a través de fotografías, videos o narraciones de su día como intérprete, es el bailarín Bruno Ramírez, de la compañía La Cebra Danza Gay. Aunque la agrupación goza de un público cautivo y es referencia de la danza contemporánea mexicana, sólo tiene 52 seguidores, pero en Facebook hay mil 225 usuarios como “amigos”.

Entre los músicos, el flautista Horacio Franco es uno de los más populares, con 4 mil 140 seguidores y 5 mil 226 amigos. Como los demás, usa estos espacios para dar a conocer las fechas en las que se presentará o informa sobre sus discos y proyectos, pero también suele compartir sus opiniones sobre la necesidad de vivir en una sociedad más tolerante y con frecuencia recibe comentarios positivos de su trabajo y felicitaciones de sus admiradores.

Los artistas de artes escénicas no suelen tener lo que en el argot tuitero se conoce como “trolls”, aquellos usuarios que insultan y provocan. La mayoría cuenta con relativamente pocos seguidores, pero casi todos generosos en sus comentarios. No así los escritores. Uno de los que reiteradamente es molestado es el historiador Enrique Krauze (@EnriqueKrauze, 118 mil, 464 seguidores), quien terminó tuiteando que no caería más en provocaciones; y el novelista y cronista Fabrizio Mejía Madrid, quien puede mantener por varios minutos una discusión con algunos de los usuarios.

Detalles personales, anécdotas de su cotidianidad, registro de su quehacer artístico, vitrina para publicitar sus proyectos y obras, tribuna política, las redes sociales son una ventana y un puente a algunas esferas de sus vidas, pero sobre todo una posibilidad de diálogo y fuente de conocimiento sobre qué piensan y qué hacen los artistas y creadores mexicanos, que pocos espacios suelen tener en los medios de comunicación y en la vida publica del país.

EL UNIVERSAL

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