Esta columna estaba lista ayer a las 10 AM. Estando sin Internet, tan solo con lo que oigo en la radio me basta para decir que el título de annus horribilis ya no es pertinente.
Simultáneamente los presidentes de Cuba y de los Estados Unidos anunciaron el fin de la prehistoria en las Américas. Van a iniciar un proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países. Esa noticia es buena, buenísima.
No importa lo que piensen los exiliados cubanos de Miami, ni los políticos republicanos que necesitan mantenerse en la oposición. La noticia es BUENA. Estados Unidos y Cuba le deben a sus pueblos y a los pueblos de las Américas unas relaciones diplomáticas positivas. La democracia que todos quieren para Cuba está más cerca hoy que nunca. En trecho por andar hasta el día en que se abran las embajadas y haya plenas relaciones comerciales será largo y estará lleno de obstáculos, pero como dijo Machado:”se hace camino al andar”. Ojalá las nuevas circunstancias no hagan desaparecer de las calles de la Habana los carros de los años cincuenta. Es muy posible que los republicanos del congreso 
bloqueen toda iniciativa del presidente Obama para eliminar el “embargo”. Seguramente bloquearán el nombramiento de Embajador. Pero “por el ladito” algo se puede hacer.
El corolario de esta buena noticia es la felicidad que le ha producido a analistas de todos los pelambres y …la noche que viene.
Aquí la columna:
ANNUS HORRIBILIS
En 1666 tuvieron lugar eventos extraordinarios en Londres y el reino de Inglaterra, el poeta John Dryden escribe y publica en 1667 un poema llamado annus mirabilis, así sin mayúsculas, para referirse a dichos eventos.
En 1992 la reina Isabel II usa la frase annus horribillis, para referirse a eventos para ella negativos ocurridos durante el año. Esa frase fue recogida luego por Koffi Anan en 2004 y por el rey Juan Carlos de España en 2007.
Los eventos que me hacen sentir que 2014 ha sido un annus horribilis vienen casi todos de atrás pero se exacerbaron este año. De pronto un annus horribilis se refiera a eventos circunstanciales, tragedias naturales, o sucesos políticos inesperados.
A mí el 2014 me ha parecido un año horrible.
Un año en que personajes como el Maduro, el Zar Putín, y Assad que ya llevan sus añitos haciendo de las suyas, se desgañitaron en crímenes y vejámenes ante la mirada pasiva de la comunidad internacional. Mi respeto por Ustedes queridos lectores y lectoras, y por la profesión más antigua del mundo no me permiten usar el epíteto que los tres merecen.
Se pavonean impunes y perpetúan sus atrocidades con la complicidad de la comunidad internacional, unos por temor a quedarse sin gas, otros por temor a quedarse sin quien les compre sus armas y otros por pura falta de cojones, los líderes de occidente han mirado para otro lado ante los vejámenes sufridos por sus víctimas. Niños y niñas asesinados, asustados, maltratados. Masacres de civiles. Persecuciones implacables contra críticos y detractores son prácticas de cada día de esos tres sátrapas.
Maduro y Venezuela: Iniciamos el año con valientes protestas en Venezuela, reprimidas de forma sanguinaria, por el régimen de Maduro. Lo cerramos con un país postrado, con Leopoldo López preso, con un maduro amenazante y un petróleo en caída libre.
El Zar Putín y Ucrania: Anexada Crimea sin que nadie hiciera nada ni nada, como dice mi nieta Julia, Putín procedió a orquestar al desestabiización de Ucrania. No tolera su autonomía. Muchos dirán “so what´s new?” y tendrán razón. Nada nuevo el zar Putín lleva demostrando su total desdeño por los derechos humanos desde hace años. Ha humillado una y otra vez a la comunidad internacional. Pero la contribución de este tirano a la horribilidad de 2014 está en el derribamiento del avión de Malasia Airlines y en el cinismo con que se ha hecho el que nada tuvo que ver.
Bashar al Assad: Este monstruo también lleva años cometiendo toda clase de crímenes. Durante un largo período lo toleraron. Luego se volvió tóxico. La violenta respuesta de al Assad ante las protestas que se iniciaron en los tiempos dela primavera árabe de 2010, llevaron a Syria a la guerra civil. En febrero de 2014 una comisión de la ONU presentó un reporte confirmando las acusaciones que se ventilaban desde hacía meses. Al Assad usó armas químicas como el gas Sarín y otros contra la población civil.
Ahí ya no quedaba duda. El tipo es un maníaco y la comunidad internacional mira para otro lado, discuten negocian y mientras tanto Assad asesina.
Assad, Maduro y Putin, en estricto orden alfabético, vienen cometiendo sus atrocidades desde antes, pero en 2014 mostraron cuán infames pueden ser y eso los hace los tres personajes de un año horrible en el mundo. Con que uno de los tres hubiese sido derrocado y juzgado el año hubiera sido un annus mirabilis
Las atrocidades cometidas por esa banda de asesinos despiadados que se hace llamar el Estado Islámico, lo que insulta el concepto de Estado y sobre todo a la religión musulmana, sucedieron muchas en 2014, pero vienen de la combinación de muchas miopías por parte de muchos actores. Los dos peores George W Bush y Tony Blair que le mintieron a la comunidad internacional para justificar una guerra que todos perdimos.
Las de Boko Haram, otro grupo jihadistas de vieja data, que este año nos hicieron ver cuán horripilante puede llegar a ser la interpretación extremista del Corán, se dan ante la impotencia del régimen más corrupto e ineficaz de África.
¿Y dónde están la niñas? Se nos olvidaron, ¡qué asco! Su cautiverio en medio de la indolencia de líderes y medios es suficiente para que uno declare que todos los años en que duren en cautiverio son annus horribilis.
