JMU ELMOLINOBueno ¿y?

Siempre serán mejores las palabras que las balas.

Es fácil entender que la democracia está mejor servida si la izquierda y la derecha debaten en lugar de echarse plomo.

Esos argumentos parecen suficientes para alegrarse ante la posibilidad del debate entre dos pesos pesados como Iván Cepeda y Alvaro Uribe.

¿Y? Pues nada.

Los que tratamos de interesarnos por los temas de la política colombiana tratamos de seguir el debate con atención.

Y cero sorpresa.

Los enemigos jurados de Uribe, Cepeda y Claudia López a quienes se sumaron los escuderos de la Unidad Nacional, repitieron una historia de la vida política de Álvaro Uribe, matizando cada una de sus actuaciones de favoritismo hacia los paramilitares.

Álvaro Uribe, que dice no rehuir el debate, no cambió su tono.

Defendió con vehemencia y cuidado del detalle su carrera política y sus gestiones en la Aeronáutica Civil, en la Alcaldía de Medellín y en la Gobernación de Antioquia. Rechazó cada una de las acusaciones, con argumentos y cuando estos le faltaron con ataques personales a sus contradictores.

Para rematar, como la luna, salió vomitando estrellas, acusando a diestra y siniestra, al vicepresidente, al ministro del interior, al citante y al organizador del debate. Y chau, se fue dizque a llevar pruebas contra Cepeda a la Corte Suprema de Justicia.

Ya sin Uribe el debate siguió.

Intervinieron otros pesos pesados y uno que otro muy liviano.

Roy Barreras como de costumbre para decir babosadas, Claudia López insultante y desafiante, Paloma Valencia clara en su lealtad y su defensa de Uribe, José Obdulio agresivo. Serpa pidiendo una comisión de honor para que investigue que pasó en las elecciones del 2002. ¿No será que de paso esa comisión nos puede ayudar a saber cómo fue el cuento de las del 94 y con eso de un plumazo limpiamos la imagen de Samper, de Serpa y de Uribe, o los procesamos?

Navarro Wolff dijo que el que se sienta libre de culpa que lance la primera piedra y no lanzó piedra alguna.

¿Y? Pues nada.

Ya sabíamos que Cepeda y Uribe son enemigos jurados y se van a atacar en cuanto escenario puedan. Ya sabemos que Uribe ha sido acusado de tener vínculos con los paramilitares y Cepeda de tenerlos con las FARC.

¿Y? Pues nada.

El debate no resolvió ni ayudó a resolver los problemas reales de nuestra apaleada nación.
El debate ni siquiera nos permite entender si la alianza de un de las BACRIM y de las FARC en Córdoba, es parte del proceso de paz ¿o qué?

Se acabó el debate y los temas centrales, como la inseguridad rampante, el lamentable estado de la infraestructura, la debacle de las finanzas públicas, la parálisis de las locomotoras, siguen pendientes.

¿Y? Pues nada.

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