Y ahora ¿quien podrá defendernos?
Era la frase que le daba entrada al Chapulín. Muy seguramente en miles de artículos que se deben estar escribiendo para celebrar a este genio de la comedia habrá toda clase de referencias a esta frase.
A manera de requesón me atrevo a imaginar las circunstancias en las que fuera de los espacios de la comedia de Chespirito se utilizan sus memorables frases.
Y ahora ¿quien podrá defendernos?: Eso dijeron los habitantes de Quibdó cuando se enteraron que el “súper general” que había llegado para encabezar la lucha frontal contra los bandidos de las FARC que azotan su región, se había colocado la bermuda para irse de paseo dominguero, a pelar naranjas al lado del río en una playita muy bonita y había terminado retesecuestrado que es un término que en su acepción mexicana significa muy secuestrado, pero que en colombiano significa que hay una bizantina discusiòn sobre sí el tipo acabó retenido o secuestrado. Ojalá y para cuándo salga esto esté libre, los diálogos se hayan re iniciado y puedan los turistas que están en La Habana regresar a La Bodeguita del Medio que lleva dos semanas literalmente tomada por las FARC. Eso sí, antes de poder sacar el chipote chillón, mi general tendrá que explicar en qué lugar del reglamento dice que la bermuda es parte de la dotación de las fuerzas militares, y si sí lo es ¿porqué entonces no era verde camuflaje?
Fue sin querer queriendo: Esa es la frase que más se aplica a nuestra vida cotidiana. La dice el loquito que gobierna a Bogotá para referirse a la mayoría de sus decisiones. La usan los políticos y sus asociados en cuanta empresa criminal, para explicar como se han robado la plata de la salud, la de la educación, la de las carreteras y los puentes y las cárceles y las calles y los huecos ¿quedó algo?
No Contaban con mi Astucia: Desde Picas Escobar, pasando por el señor Maddoff que está preso y hasta llegar a los Jaramillos, Ortiz y Maldonado, que no lo están, esta frase ha sido la respuesta de banqueros y banqueras cada vez que se cumple el ciclo y llega la hora de desplumar a unos cuantos o a muchos incautos. Llenarse las arcas, declararse en quiebra y dejar que el Estado responda. En realidad no hay astucia, son unos tramposos que se aprovechan de la estupidez de inversionistas hambrientos y de ahorradores incautos.
Vamos hijo, no te metas con esa chusma: Esta frase de doña Florinda, que se se creía la “clasuda de la vecindad”, se ha puesto de moda en Bogotá ante la astucia del loquito de proponer que se construyeran unos edificios para vivienda de interés social para víctimas del conflicto en unos lotes que tiene el distrito en barrios de estrato seis. Las señoras, sus maridos y uno que otro experto en urbanismo se declararon aterrados ante la posibilidad de la aparición de “vecindades” llenas de desplazados y otras víctimas del conflicto al lado de sus suntuosas residencias. La sola idea de que los hijos y las hijas de esa chusma fueran al colegio de sus hijos los puso como doña Florinda. Pensar en que esa chusma fuera a hacer la compra a sus lugares de compra era una pesadilla. La tapa de la olla: “se fregó la misa de cinco del sábado en el Chicó” dijo alguien al pensar en tener que compartir no las bancas sino el atrio de la iglesia de la Inmaculada Concepción con la chusma.
Es que se me chispotió: Bueno esa si se nos aplica a todos. Lo que pasa es que hay chispoteadas y chispoteadas. Una chipoteadita es cuando uno mete las de caminar por ejemplo comentándole sobre el notorio amaneramiento del marido a la amiga que le dice a uno que se separó, solo para enterarse que se separó fue de su socia y que a ella los buenos modales de su marido le encantan. Una chipoteadota, o varias, son las de la reina de trino, la representante Cabal, esas sí son chispoteadas.
Cállate, cállate que me desesperas: Ahí sí aunque nuevamente todas y todos hemos tenido una que otra situación en la que la frase de Quico nos resuena en la mente, esa se la dejo al muy paciente presidente Santos antes los tuits de su antecesor.
Anda di que si, siiiiiiii?: Esta también la hemos usado todos. Para tratar de convencer a la novia que suba a nuestro apartamento que le queremos mostrar unas estampas japonesas. Para que nos autoricen el sobregiro o para que nos dejen irnos de farra con los amigotes. Me preocupa que cuando se llegue la hora de la ratificación de los acuerdos de paz que todos anhelamos, ante la polarización creada por la politización del proceso acabemos con un lado diciéndonos: “anda di que si ¿síííí? Y el otro diciéndonos anda di que no ¿sííí?
Dígame licenciado…licenciado…gracias: Si gracias a Chespirito y al Chompiras y al Chavo y al doctor Chapatín y a todos los personajes que nos alegraron muchas horas pero sobre todo a Roberto Gómez Bolaños que nos deja un legado de humoradas y una forma de ver la vida con una sonrisa. Eso es lo grande de los grandes, que le dejan a uno un millar de pequeñas cosas que le hacen a uno la vida un poquito más amable.