El miércoles de 2 de diciembre en San Benardino, California, se presentó lo que el FBI ayer calificó como un acto de terrorismo.
Mi primera reacción, el miércoles en la noche de la fue:
Otro loco marginado provoca otra matanza en los Estados Unidos, ¿cuándo van a entender los gringos que hay que poner serios controles al famoso derecho de portar armas?
¡Equivocado! California es el estado de la unión que tiene las más estrictas reglas de control al porte de armas. Más equivocado, no se trató de un loco marginado.
Ayer en la mañana el FBI declaró oficialmente que están investigando la matanza como un acto de terrorismo.
Los noticieros norteamericanos están en un frenesí, lo que no ayuda, mucho exceso de amarillismo y poco análisis.
Anderson Cooper de CNN lagrimea mientras entrevista a la viuda de una víctima. Otra periodista de CNN se regodea entre la ropa sucia y los restos del apartamento donde vivían los asesinos.
Cada acto de esto es fundamentalmente incomprensible, pero algo entiende uno. La reciente oleada de ataques planeados, promovidos y organizados por activistas del Estado Islámico (EI), es monstruosa pero explicable. Sumadas al fanatismo de los asesinos hay razones de estrategia de los líderes del EI.
Todo parece que em San Bernardino lo que sucedió fue un ataque terrorista perpetrado por una pareja que se “auto-radicalizó”.
¡Aterrador!
La única conexión de la pareja conformada por Syed Rizwan Farook, de 28 años y Tashfeen Malik, de 27 con el jihadismo internacional es una declaración de lealtad a Abu Bakr al Baghdadi el líder de EI, que Tashfeen, la mujer pakistaní puso en su página de Facebook el miércoles del ataque suicida.
No hay pistas de viajes a Siria a entrenamientos, ni de conexión con grupos extremistas. Esta pareja se fue radicalizando solita, dicen.
A mi algo me huele mal.
Syed era un bacán, que trabajaba de técnico ambiental en el departamento de salud pública de San Bernadino. Syed era religioso, iba con frecuencia casi diaria a la mezquita. Conoció a Tashfeen en internet, viajó a Arabia Saudita y regresó “con esposa”. Se casaron en San Bernardino y Syed dejó de ir a la mezquita, sus hermanos nunca le vieron toda la cara a Tashfeen pues usaba el hijab.
La matanza sucedió en el salón en donde se celebraba la fiesta de fin de año de esa organización.
Syed asistió a la fiesta, se salió, molesto parece, y regresó con su fanática esposa, armados hasta los dientes y ZAS. Abandonaron una hijita de seis meses en casa de la mamá de Syed.
Todavía hay quien piensa que el motivo de la matanza puede haber sido un problema laboral de Syed.
Más certera parecería ser la hipótesis del acto planeado de terror.
Ante esa hipótesis, Tashfeen era la más radical de la pareja.
Un amigo de Syed decía anoche a un periodista “He went there and married a terrorist”.
Hasta estas horas no hay evidencia de que ni la mujer ni su esposo hayan tenido vínculos o apoyo directo de alguna célula de EI.
Me pone los pelos de punta pensar que una pareja resuelva que se van a inmolar en el nombre de Alá y que con un “posting” en las redes sociales conviertan su acto en uno de terrorismo internacional.
Estoy aterrado, hoy sábado cuando el plan es que me voy a ¿Burundi?, qué va Tysons Corner de compras
Pero lo que más asustado me tiene es que ante estos actos el hombre del peluquín aumenta su ventaja en las encuestas y que es posible que se quede con la candidatura republicana, y que de pronto gane!!!!!!
