ImageVaultHandler.aspxSe alinean luciendo cintas de colores parecidas a las de las que le ponen a la vacas y los toros y los caballos premiados en las ferias de los pueblos. Azul para los conservadores, roja para los laboristas, amarilla para los liberales demócratas etcétera.

Un oficial lee los resultados, aplauden, se felicitan y pasamos a la siguiente circunscripción electoral.

Juan Manuel UrrutiaLuego de 650 ceremonias igualitas, los británicos han elegido un parlamento.

La reina escogerá su primer ministro y le ordenará que forme un Gobierno. La monarquía parlamentaria por excelencia en su tradicional y maravilloso funcionamiento.

Hace cinco años seguí muy de cerca el ascenso de David Cameron, conservador o Tory quien derrotó a Gordon Brown, laborista, el sucesor de Tony Blair. Tuvo que formar una coalición con los demócratas liberales de Nick Clegg.

La transmisión del mando se hace en una forma envidiablemente sencilla efectiva.

El primer ministro saliente se va par a Buckingham Palace y le presenta su renuncia a la Reina. La Reina le pregunta que a quien recomienda para que forme un gobierno y este le sugiere el nombre de quien lo acaba de derrotar.

La reina llama a quien habrá de ocupará el No 10 de Downing Street, lo recibe y le pide que forme un gobierno. El derrotado primer ministro se ha trasteado discretamente el nuevo llega a ocupar la casa que es la sede del Gobierno.

Eso todo pasó, en 2010 en una semana.

Esta vez nada de eso, pues Cameron sigue.

El único que tiene que trastear es Clegg quien fue uno de los grandes derrotados y ocupaba el cargo de vice primer ministro.

Sorpresivamente el partido conservador, logró la mayoría absoluta de 331 curules en la Cámara de los Comunes.

Ni el más optimista de los “polsters” del partido Tory, ni mucho menos encuesta alguna previó tal resultado.

Para los conservadores, en la noche del miércoles, la elección tuvo lugar el jueves, trescientas curules era un resultado apetecible.   Todas las encuestas hablaban de un empate técnico entre laboristas y conservadores.

Y como dicen por estos lados, tome pa que lleve. Los aliados de los conservadores no perdieron sino 49 curules, pasaron de 57 a 8. Los opositores laboristas tenían 258, acabaron con 232. Los conservadores subieron de 307 a 331. El punto de inflexión para lograr la mayoría absoluta son 326 curules.

¿Qué significa el resultado?

En pocas palabras significa que durante los próximos cinco años, la agenda de Gobierno de la Gran Bretaña será fundamentalmente conservadora. Eso tendrá implicaciones en cómo será el manejo de la economía y de la posición británica frente a la Unión Europea, respecto de la cual Cameron ha expresado una posición crítica.

El otro asunto que marcará la agenda política del Reino Unido es el espectacular e inesperado resultado obtenido por los nacionalistas escoceses del Scotish National Party que pasan de ser un partido minoritario con 6 curules a ser la tercera fuerza política del Reino Unido con 58. Esto implicará nueva negociaciones sobre el estatus de Escocia y un avance de la agenda independentista.

Afortunadamente para la Reina, el petróleo, la principal fuente de ingresos y causante de la fortaleza de Escocia, se desculó.

El movimiento independentista sería imparable con petróleo a cien dólares el barril y 56 curules en la Cámara de los Comunes.

Todos los derrotados renunciaron esa misma noche.

Así avanza la democracia más tradicional y más moderna del planeta. Los que caen, caen para abajo, nunca para arriba como por estos lados.

Imagen cortesía UK Parliament

Elecciones en Reino Unido