Juan-Manuel-26-300x270La navidad tiene un profundo significado familiar.

Me esfuerzo por darle importancia a las celebraciones que se hacen en y con las familias, las de los colaboradores que trabajan en las organizaciones en cuya dirección participo o he participado, las de las familias de los colaboradores que participan en el manejo de mis negocios personales y familiares y finalmente las de mi familia.

Así entre gritos y susurros producidos por la destitución del alcalde Petro, el fin de semana que acaba de terminar estuvo dedicado a mi familia.

Hace muchos años mis primos hermanos, hijos del hermano de mi padre, que son cinco, y han sido todos bastante fértiles, organizan un gran encuentro familiar, es un jurgo de gente.

Es la ocasión ideal para ver a quienes mucho admiro, para hacer dos o tres comentarios subversivos, ver como unos envejecemos y otros crecen y sobre todo sentirse uno rodeado del cariño de su familia.

Anoche regresé de tal encuentro colmado de bienestar espiritual y con el inevitable malestar estomacal causado por los excesos.

Agarré el periódico y zas.

Salió el fiscal Montealegre vomitando estrellas, ayayay que poco bellas, pero que poco bellas.

Se me agrió la navidad.

Dice Montealegre, palabras más, palabras menos, que en su preocupación por contribuir a que se supere la crisis institucional que enfrenta Bogotá como resultado de los excesos de Petro y de los del procurador Ordoñez, a él se le ocurre una interpretación heterodoxa de la Constitución según la cual el Presidente podría aplazar la implementación de la sanción impuesta por el procurador.

Que a Daniel Samper se le ocurra semejante barrabasada no me sorprende.

Pero que al Fiscal General de la Nación se le ocurra salir con semejante tesis no solo es sorprendente sino preocupante.

El artículo 250 de la Constitución establece que:

Corresponde a la Fiscalía General de la Nación, de oficio o mediante denuncia o querella, investigar los delitos y acusar a los presuntos infractores ante los juzgados y tribunales competentes. Se exceptúan los delitos cometidos por miembros de la Fuerza Pública en servicio activo y en relación con el mismo servicio

No he encontrado ninguna referencia a norma alguna que le otorgue al Fiscal la función de revisor o interprete de los actos de otros funcionarios del Estado, salvo cuando estos se constituyan en delitos de carácter penal. 

Tampoco he visto en ninguna parte ni por jurisprudencia ni por tradición que el fiscal este llamado a ser intérprete heterodoxo de la Constitución.

No se entiende qué diablos hace el fiscal proponiendo una supuesta interpretación heterodoxa de la Constitución cuyo único resultado es el de complicar aún más la crisis institucional en que, como dije antes, han sumido a Bogotá el señor Petro con sus excesos de poder y sus actitudes de tiranillo revolucionario y el procurador con su ya reconocida vocación de inquisidor.

La Constitución le ordena, taxativamente, al Presidente de la República, tal como lo señala el reconocido constitucionalista Alfredo Beltrán, ejecutar las sanciones impuestas por el procurador al Alcalde de Bogotá.

Punto.

Sorprende que al Fiscal se le haya olvidado el derecho.

Sorprende que el fiscal no se haya enterado que él en ese entierro no tiene velas a menos que él o sus investigadores detecten que existe la posibilidad que en el proceso de sanción al Alcalde, se haya cometido algún delito por parte del procurador.

En ese  caso, el fiscal debe dictar medidas cautelares para proteger los derechos de la víctima y proceder a suspender, él mismo, la sanción y sus efectos.

Preocupa que el fiscal en forma hipócrita y “sin querer queriendo” resuelva meterle semejante carga explosiva a un proceso de por sí lleno de complejidades.

No hay sino una explicación posible.

El fiscal, ante su fracaso en el cumplimiento de sus funciones en lo que tiene que ver con los casos judiciales más notorios del año, anda con urgencia de figuración.

Como no puede hablar de las demoras en el caso de los hermanitos Moreno y sus cómplices, ni de la incapacidad del ente que dirige para lograr que los borrachos asesinos del volante sean condenados por los delitos cometidos, entonces se mete donde no cabe.

Como no ha logrado explicar el origen de los jugosos honorarios recibidos de SaludCoop, se dedica a pontificar sobre temas que no le corresponden.

¿O será que el tipo creyó que ayer era 28 de diciembre?