El frenesí de las cadenas de televisión en Estados Unidos en relación con la masacre de San Bernardino no se detiene.
Yo no llevo muchas cuentas, si mal no recuerdo esta no es ni la peor ni la más sangrienta ¿entonces?
Parece ser que el hecho que los asesinos fuesen musulmanes ha tenido un impacto monumental. Es como si el amarillismo se nutre del hecho que esta vez no fue un loco, desadaptado, blanco americano el que cometió el crimen. Entonces el crimen es peor.
Cuando hace unos años, no muchos, un loco mató a unos niños y a sus maestros en una escuela en Connecticut, el país entró en estado de choque, pero no en estado de guerra. Al presidente no le tocó salir en Domingo en prime time a calmar los ánimos.
La prensa no se ensañó en búsqueda de algún lazo entre el asesino y grupos extremistas, como si lo hacen esta vez. El Washington Post, respetable diario, sugiere que la mujer tenía lazos con la mezquita Roja de Islamabad, conocida por sus posiciones extremistas. Ello pese a que las autoridades de la mezquita han negado todo relación.
La impresión que me va quedando es que esta vez los medios quisieran echarle la culpa de esta masacre a ISIS o a Al Qaeda o a cualquier otro movimiento musulmán extranjero para no tener que reconocer que la sociedad americana está descompuesta y que cualquier fanático puede tener acceso a un fusil de asalto y asesinar a un grupo de sus conciudadanos en nombre de cualquier culto religión o ideología.
No señor, esta vez yo no le voy a echar la culpa a Alá ni al profeta Mohammed.
Esta vez es culpa de una sociedad que cree que el derecho de los ciudadanos a portar armas de defensa personal se puede aplicar a fusiles de asalto y toda clase de armas de guerra.
Confundir una pistola, o una escopeta de cacería, con un AK 47 o con un M15, es confundir la mierda con la pomada.
Seguirle haciendo el juego a los fabricantes de armas y a su brazo lobista la NRA es hacerle el juego a los radicales y locos de todo pelambre y crear las condiciones para que en nombre de Alá o del demonio mismo salgan a asesinar inocentes.
El partido republicano y su radical defensa del famoso derecho a portar armas es más responsable por la masacre de San Bernardino que los musulmanes del mundo.
Anoche Donald Trump, que va que se las pela para ganarse la candidatura republicana, pidió que se prohíba a entrada de musulmanes a Estados Unidos.
Él lo que quisiera es que expulsen a los musulmanes y de paso a los latinos, para que los únicos que puedan comprar un AK 47 e irse de cacería a un centro comercial, a una universidad o a un colegio, sean altos rubios y protestantes, como él.
Coletilla: Ojalá sea cierto que le llegó la hora al maduro, todo parece indicar que es el comienzo del fin. 
