Juan-Manuel-2Es posible que el alcalde de Bogotá no lo haya hecho tan mal, hay una significativa mejora en ciertos aspectos de la violencia gracias a su política de seguridad. Los beneficiarios de los subsidios y del agua gratuita hoy tienen acceso a un derecho que no tenían.

Pero debe reconocer que ha hecho cosas mal hechas que han llevado a la procuraduría a abrirle un pliego de cargos y a un opositor a proponer su revocatoria mediante un proceso de recolección de firmas.

Todo funcionario público está sujeto al control administrativo y disciplinario de la Procuraduría General de la Nación, ello es parte integral y necesaria de nuestro sistema democrático. La obligación del funcionario es explicar sus conductas, la de la procuraduría determinar si constituyen falta leve, grave o gravísima al un código único que todo funcionario debe conocer.

Queda mal el acalde Petro inventando un novelón de persecución ideológica por parte del procurador.

Queda muy mal el alcalde Petro aduciendo que la investigación por el muy mal manejo que el dio al proceso de recolección de basuras es un esfuerzo de la derecha para proteger los intereses de contratistas privados corruptos.

Si él está convencido que hizo lo correcto que lo demuestre en sus descargos.  Si cometió errores de buena fe que los acepte y que los enmiende.

El cortapisas que tiene las democracias ante los funcionarios electos, el “¿y al alcalde quien lo ronda?” de nuestra democracia tiene su máxima expresión en la revocatoria que es una expresión de la voluntad popular tan democrática como la elección. Nuestra constitución establece claramente las condiciones que se deben cumplir.

Y todo funcionario democráticamente elegido debe estar dispuesto a enfrentar un proceso de revocatoria y a defender su gestión.

Muy mal Petro al haber tratado de ensuciar el proceso aduciendo que había fraude en la primera etapa, que es la recolección de firmas.

No se entiende por qué a última hora pretende hoy proponer que se convoque  a la votación popular.  El bandazo me huele a novelón.

Espero estar equivocado pero me da la impresión que Petro ve perdida la  batalla.

Los pocos logros de su administración errática  están opacados por los desastres de las basuras y del POT. Ante la procuraduría el desastre de la contratación de los camiones para el aseo puede llevarlo a una suspensión y aún a la destitución.

La mala contratación, no necesariamente corrupta, pero mal hecha y por ende onerosa para el fisco es una falta grave.

Por el otro lado, Petro siente que es posible que su victoria electoral con una votación minoritaria, 30% más o menos, no le da suficiente capital político, en una desprestigiada gestión, para enfrentar la revocatoria.

Entonces acude al novelón de la persecución de la derecha contra el primer alcalde de izquierda.

Olvida que es el tercer alcalde de la izquierda y que buena parte de sus dificultades las heredó de dos administraciones anteriores que dejaron a la ciudad en un estado lamentable.

No puedo dejar de comentar la elección del Gran Colombiano en un programa del History Channel.

Ganó Alvaro Uribe.

A mí el tipo no  me gusta.

Pero hay que reconocerle que en su primer gobierno produjo transformaciones profundas en la Colombia de comienzos del siglo XXI.  No me parece descabellado que en  un país con tan poca institucionalidad, los otros cuatro candidatos más votados no hayan incluido a ningún estadista importante.

Gabo se merece ser el gran escritor colombiano, pero no el gran colombiano.

Jaime Garzón se merece ser el gran humorista colombiano, pero no el gran colombiano.

El Doctor Patarroyo es un producto de las relaciones públicas que se gastó un dineral inventando una vacuna que nunca sirvió.

Y Antonio Nariño es uno de los próceres más oscuros de  nuestra independencia.

Entre esos cinco Uribe se los lleva de largo, porque fue un transformador, para unos redentor, para otros demonio, pero transformador en fin de cuentas.