En ocasiones empieza uno a tratar de entender el presente, mirando tan solo ese presente y no entiende nada. Si uno se pone a mirar los acontecimientos que han sucedido en Ucrania tan sólo con la atracción que le producen a uno esos héroes de la Plaza de la Independencia y esos bellos rostros de las mujeres ucranianas coronadas de flores llevándoles té a los combatientes queda perdido.
La revolución que acabamos de atestiguar, esa que por momentos a muchos nos ha dado la esperanza que el maduro corriera la misma suerte que Víctor Yanukovich, tiene muchas más aristas que el descontento de la población de Kiev con la negación de Yanukovich a firmar el tratado de adhesión a la Unión Europea.
En reciente requesón recordaba yo la historia de la división entre los partidarios de Yanukovich, pro rusos y los de Yulia Timoshenko, nacionalistas y pro europeos. Es la segunda vez que los nacionalistas derrocan a Yanukovich y sus amigos pro rusos.
Una forma de ver este episodio, y sobre todo la forma en que se ha ido desarrollando, es tratando de encontrar las raíces de tales diferencias. Y muchas de las respuestas se encuentran mirando la historia de Crimea. Y es posible que esa historia nos explique lo que está por venir.
A primera vista las dos revoluciones que ha vivido Ucrania desde su separación de la Unión Soviética tienen origen en situaciones económicas y/o políticas.
Escarbando el pasado va uno descubriendo que hay tres grupos étnicos en Ucrania. Los pobladores del Este y el Norte, incluida la capital Kiev, son eslavos, pero más europeos que rusos. En el este y el sur y principalmente en Crimea hay eslavos, pero más rusos que europeos. Finalmente están los musulmanes de origen tártaro.
Lo que va apareciendo es una explicación alternativa. Ucrania está profundamente dividida entre los pobladores de la etnia ucrania y los de la etnia rusa. Y esa división étnica se refleja casi exactamente en la división entre partidarios de Yulia Tymoshenko en el Este y los de Víctor Yanukovich en el Oeste. Veamos estos dos mapas:
Si miramos con más detalle descubrimos que en Crimea más del 50 % de la población es ruso-parlante y que allí el derrocado Yanukovich obtuvo más del 70% de la votación.
Revoluciones étnicas
El caso de Crimea es apasionante. Crimea ha sido rusa desde que los zares la anexaron en 1783. Entre 1853 y 1856 tuvo lugar la Guerra de Crimea en la que lo franceses y los ingleses enviaron tropas para detener la expansión rusa que resultaba de la caída del imperio otomano.
Crimea siguió siendo rusa hasta 1954 cuando Krushev que había sido Secretario General del PC Ucraniano la convirtió en una región de la república Soviética de Ucrania. A la caída del imperio soviético, Crimea adquiere el estatus de República Autónoma de Crimea perteneciendo a Ucrania.
Crimea es pues uno de los territorios en donde se han librado las batallas relativas a la expansión rusa. En el puerto de Sebastopol en Crimea queda la base más importante de la flota Rusa en el mar Negro. Los rusos tienen un contrato de arriendo que estipula que el personal ruso no puede abandonar la base con armas.
Vaya uno a saber si las advertencias del primer ministro ruso Medvédev, según las cuales protegerán los intereses de los rusos que habitan en Ucrania y especialmente en Crimea anuncien una posible “invasión rusa” del corte de la de Ossettia del Sur en Georgia hace algunos años.
Ya se habla de la toma del aeropuerto de Simferopol, la capital de Crimea, por hombres armados cuyo origen se desconoce. Kiev denuncia que el aeropuerto de Sebastopol ha sido tomado por la armada rusa.
Amanecerá y veremos. Por ahora la romántica revolución que desató la caída de Yanukovich se convierte en una posible invasión rusa y de pronto en una nueva guerra de Crimea.
Cuando Victoria Nuland, subsecretaria de Estado de los Estados Unidos visitó la Plaza de la Independencia a ofrecer pan y apoyo a los “revolucionarios”. Luego cuando hizo su famoso comentario de “Fuck the EU”, mientras hablaba de involucrar a la ONU en una solución política, no midió las posibles consecuencias que tal intervención podría tener a los ojos de los rusos y del zar Putin. Este se debe morir de las ganas de volver a anexar a Crimea para detener de una vez por todas, el avance de la Unión Europea y sobre todo de la OTAN hacia sus fronteras.
Y tratando de entender todo este entuerto se encuentra uno que Crimea fue el escenario de la famosa Carga de la Brigada Ligera, y de las heroicas labores de dos enfermeras llamadas Florence Nightingale y Mary Seacole
Ojalá no se repita la Guerra de Crimea, ojalá sus habitantes no tengan que vivir nada tan horrendo como la ocupación nazi y la batalla de Sebastopol.
Lamentablemente las noticias de última hora parecen indicar que vamos para una escalada militar en Crimea. Ya hay acusaciones de unos y advertencias de otros.