Defensor_del_puebloMe había abstenido de entrar a comentar la vida romántica del ex defensor del pueblo. Andaba ocupado recordando y recopilando memoria sobre el tema de las niñas y niños, también, víctimas de abuso y explotación sexual en la guerrilla de las FARC.

Juan_Manuel_UrrutiaAstrid Cristancho es una mujer bonita, alta, joven, profesional, y dice que el señor Otálora que es un señor no muy bonito, no muy alto, nada joven pero poderoso se aprovechó de ella, la acosó sexualmente. La élite intelectual, las feministas y muchos otros colombianos menos inteligentes y menos feministas nos indignamos con el cuento.

Otálora cometió una grave falta contra la ética del servidor público. En el mejor de los casos sedujo o se dejó seducir por la belleza de su secretaria privada y tuvo una aventura romántica con ella. Yo no quiero calificar a la ex señorita Cundinamarca y le creo más a ella que a él. Seguramente ella accedió a las pretensiones de su jefe hasta que sintió que era víctima de un caso de acoso sexual. Si estaban enamorados Otálora, con todo el poder que da la Defensoría del Pueblo le ha debido conseguir un puesto en otra parte, preferiblemente sin relación con la Defensoría. No haberlo hecho sentó las bases para una estruendosa caída. El caso fue más bien de abuso sexual pues el mismo Otálora dice que pasaron muchas noches juntos y yo supongo que no estaban “spooning” como dicen los gringos y Astrid niega que nunca haya habido “amor”.

Astrid se desesperó con la conducta de su “jefe” y presentó una carta que ha debido ser, en ese momento, suficiente causa para que Otálora tuviera que renunciar. Eso fue en noviembre de 2015. Y no pasó nada de nada.

Ahora ha presentado demanda por acoso sexual ante la Fiscalía. ¿Por qué no el 20 de noviembre cuando presentó su renuncia y respondió a una entrevista de Semana.com?

Ahí queda una frase “No me cabe más miedo en el cuerpo y el corazón.”

Otálora dice que fue una relación consensual, que viajaron juntos. Ella en Semana.com acepta que estuvo en una misión en Suecia a donde fue como su ¿traductora? Apesta.

Desde 1999 he conocido los testimonios de las mujeres desmovilizadas de la guerrilla. Hay de todo. Pero abuso y la explotación sexual son pan de cada día. Ante los comandantes de las cuadrillas y de los frentes de las FARC, Otálora es un patinchao.

De primera mano conocí las historias. En entrevistas personales, realizadas por mí, en las casas de paso que financiaba el ICBF y que luego financiaría USAID con recursos del Plan Colombia, en Cota y en Tabio a donde llevábamos entonces a niñas y niños desmovilizados.

No todos habían sido reclutados forzosamente. Había niños y niñas que se habían ido al monte porque pensaban que allá encontrarían una vida mejor que la de pobreza, abuso y explotación que vivían en sus propias casas. Pero a muchos otros y sobre todo a muchas otras, se las llevó un comandante de cuadrilla, sin su consentimiento. Al mayor de la casa o a la niña que le gustaba.

Y zas, a la cama del comandante, quien ejercía el derecho de pernada. Ellas contaban que el comandante al comienzo era tierno y que ser su “novia” daba privilegios. Pero luego si quedaban embarazadas o si aparecía “carne fresca”, las mandaban a otro frente. Alli a las embarazadas las hicieron abortar. De ahí en adelante muchas de ellas se volvieron las “putas de la guerrillerada”.

Hoy en día en Colombia hay muchas excombatientes delas FARC, desmovilizadas e y totalmente marginadas de cualquier posibilidad por su pasado. Denigradas, explotadas engañadas.

A Astrid la vimos presentando su demanda acompañada de varios activistas y disfrazada con la camiseta equivocada, se puso la de la marcha de las putas en España que dice “No es no” y que propone que la mujer puede andar tan ligera de ropas como quiera y que eso no les da permiso a los hombres para que la acosen, la toquen o abusen de ella.

Ante las recientes denuncias de la columnista Salud Hernández, no he visto ninguna expresión de indignación ni en los medios ni en twitter, de quienes tanto se rasgaron las vestiduras con la conducta del defensor que no tiene defensa.

La conducta del señor Otálora es inaceptable. Sea cual fuere la índole de su relación con su secretaria privada, esta terminó siendo abusiva y causándole a una mujer sobre quien él ejercía una posición de poder y dominación miedo en el cuerpo y en el corazón.

Tienen razón quienes consideran que Astrid es una víctima de una conducta que es indispensable erradicar de nuestras organizaciones.

¿Por qué entonces les permiten a los comandantes de las FARC que quieran volver invisibles a las mujeres que reclutaron, sedujeron, abusaron, hicieron abortar y prostituyeron?

Por esto días de aniversario del Plan Colombia, se queja el ex presidente Pastrana, con razón, de que al convertir el narcotráfico en delito conexo le están dando un entierro de segunda al Plan Colombia.

Abusos_sexuales_FARCEn el caso de las mujeres víctimas de la violencia sexual en las filas de las FARC, no hay conexidad, simplemente mentira. No quieren reconocer. Como el señor Otálora todos dicen “lo nuestro fue amor”. Esas víctimas no están en la lista ni van a pasear a La Habana con Piedad Córdoba e Iván Cepeda.

Uribe no habla mucho de eso porque en sus acuerdos de El Ralito permitieron que los paras hicieran los mismo. Hoy en día están tratando de destapar.

El reclutamiento de menores de edad, el abuso, la explotación y la violencia sexual no pueden ser conexos de nada, son delitos de lesa humanidad y cualquier sistema de justicia transicional que permita meter semejantes vejámenes debajo de la alfombra reniega de una de las bases de esa construcción, la verdad.

Todos y todas los y las que pidieron que Otálora fuera a la hoguera deberían estar pidiendo que lo acompañen los jefes guerrilleros que hicieron cosas mucho peores que él.