UrrutiaSiguiendo el consejo de mi amigo Hernán, estoy utilizando la palabra correctamente.  No es lástima lo que siento.  No es ni siquiera repugnancia.  Es puro y legítimo asco.

Empiezo con los políticos gringos.  Sin distinción me dan asco, todos.  En el último mes y para mitigar la ira de los ciudadanos, en el Senado de los Estados Unidos se generó la ficción que iban a sacar adelante una proposición que establecía la revisión de antecedentes antes de la compra de cualquier arma.  La ficción nació del hecho que la proposición venía endosada por el senador Pat Toomey  quien contaba con una calificación A de la poderosa “National Riffle Association”, la agencia que hace el lobby a los fabricantes de armas y que gasta sumas inmensas financiando las campañas de los miembros del congreso gringo.

La NRA ¡sorpresivamente! hizo saber que el voto por la mencionada proposición sería tenido en cuenta en las elecciones del 2013 y 2014.  Con ello asustaron suficientemente a cuatro senadores demócratas y a 40 republicanos.  La proposición obtuvo 56 votos a favor, le quedaron faltando 4  para ser aprobada.  Se cae así una de las piezas fundamentales de la legislación para el control de las armas de fuego en los Estados Unidos.   Violenta derrota del Presidente Obama y gran victoria de los fabricantes de armas.  ¡Qué ASCO!

Mientras nuestros vecinos venezolanos (me parece de un cursi subido decirles hermanos) tratan de reaccionar ante los embates tiránicos del chavismo, los políticos colombianos han resuelto tratar de sacar ventaja de la situación.  Ha surgido un conjunto de críticos a la posición del Gobierno de Colombia. A ellos no les toca enfrentar las relaciones internacionales con los vecinos.  Ellos pueden decir cualquier sandez.   Qué asco, oportunismo puro.

¿A quién se le ocurre que el Gobierno de Colombia puede desconocer el resultado de un proceso electoral cuando el ente rector de tal proceso anuncia uno u otro resultado?

¿A qué contribuiría que el Gobierno le diera al maduro y al chavismo la oportunidad de encender los espíritus nacionalistas y de generar una ruptura con Colombia?

¿No se les ocurrió a esos oportunistas que es posible que Colombia pueda hacer más por la democracia venezolana sentado a la mesa en UNASUR que aislado del resto de la región?  Qué va.  Dos o tres punticos en las encuestas bien valen echar por tierra, una vez más, la tradición de que la política exterior de Estado no debe ser objeto de oportunismo politiquero.

Mientras escribo esto se ha sabido que en respuesta a una propuesta del Presidente de Colombia, con la oposición de Argentina y Bolivia (no me extraña) la cumbre de UNASUR recomendó que se celebre el reconteo del ciento por ciento de los votos como lo ha pedido el candidato derrotado Henrique Capriles. El CNE anunció que se celebraría el reconteo de las mesas no contadas para completar el100%.

Capriles aceptó el compromiso.  Se vislumbra entonces una solución a la crisis actual.

Cabe preguntarse ¿Qué hubieran hecho los extremistas que llaman a desconocer el resultado y a cerrar cualquier posibilidad de diálogo?   Lo digo sin empaches: el Gobierno de Colombia no cayó en la tentación oportunista y, a riesgo de recibir una injusta lluvia de críticas, escogió la mesura, la falta algo aquí? y la acción reflexiva por encima de la pataleta.

Me da asco el congreso colombiano que subrepticiamente ha ido enredando la reforma a la  salud.

Me dan asco los políticos que se las dan de igualitarios mientras le ponen zancadilla al proyecto de ley que establece la unión civil entre personas del mismo sexo.  Detesto al procurador, pero en este caso prefiero su abierta oposición a las aguas tibias del Presidente del Senado.

Me da asco el congreso colombiano que eligió de forma monda y lironda a un magistrado de muy dudosos antecedentes, acusado de tener negocios con testaferros de paramilitares y de narcotraficantes.

Me da asco que la comisión de acusaciones e investigaciones de la Cámara de Representantes haya resuelto “investigar” a los expresidentes Uribe y Pastrana porque no denunciaron el Pacto de Bogotá y por ende dejaron a Colombia sujeta a la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Me da asco quien fuera un respetado periodista, luchador incansable en contra del secuestro, convertido  en polémico y mediocre vicepresidente, cuando inventa un cuento de soldados asesinados. Miente descaradamente para crear zozobra.

Me da asco la táctica pendenciera y mentirosa con que ha sido manejado el episodio de las coordenadas de las operaciones militares en el Meta.

¿Qué importa tratar de incendiar a un país llamando constantemente a la venganza, al odio?

¿Qué importa violar la reserva e incurrir en actos cercanos a la traición a la patria?

¿Qué importa publicar noticias de falsos atentados?

Raro que los que acuden a estos métodos sean los de las chuzadas, los falsos positivos, los falsos subsidios agropecuarios y las falsas desmovilizaciones.  Todo por unos puntitos en las encuestas y por una posible pírrica victoria electoral.

El oportunismo, la mentira, las medias verdades, se han vuelto las armas favoritas de la mayoría de los políticos.

Y ya para terminar una nota adicional: publica hoy la prensa que Colombia, por segundo año consecutivo, ha mejorado en materia de equidad.  Disminuyó el coeficiente de Giny en cerca de una décima. Hay que analizar los resultados, pero son prometedores.