Demos el primer paso, era uno de los lemas de la muy exitosa visita a Colombia del Papa Francisco que terminó ayer en Cartagena de Indias. El Papa nos dejó varios mensajes. Yo quiero resaltar el discurso pronunciado en la Casa de Nariño en una reunión en la que estaban ministros, congresistas, magistrados, en fin los que mandan en este país http://www.portafolio.co/tendencias/este-es-el-discurso-del-papa-francisco-en-la-casa-de-narino-509475

El lema de este país dice: «Libertad y Orden».

Reflexiones de Juan Manuel UrrutiaEn estas dos palabras se encierra toda una enseñanza. Los ciudadanos deben ser valorados en su libertad y protegidos por un orden estable. No es la ley del más fuerte, sino la fuerza de la ley, la que es aprobada por todos, quien rige la convivencia pacífica. Se necesitan leyes justas que puedan garantizar esa armonía y ayudar a superar los conflictos que han desgarrado esta nación por décadas; leyes que no nacen de la exigencia pragmática de ordenar la sociedad sino del deseo de resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia. Sólo así se sana de una enfermedad que vuelve frágil e indigna a la sociedad y la deja siempre a las puertas de nuevas crisis. No olvidemos que la inequidad es la raíz de los males sociales (cf. ibíd., 202).

El párrafo anterior, en un país polarizado podría dar para toda suerte de interpretaciones pues es una invitación a una reforma estructural urgente. Quienes se esconden detrás de los privilegios que les ha otorgado una sociedad profundamente inequitativa seguramente verán una amenaza “castro-chavista” en las palabras del sumo Pontífice. Están muy equivocados.

Urge una reforma estructural que arranque de raíz la inequidad.

Demos pues el primer paso.

Amparados en el discurso del Papa aparecerán los ideólogos del socialismo del Siglo XXI a proponer las “reformas estructurales” que dieron al traste con varias economías de América Latina. O tendencias populistas totalitarias cuyo único posible desenlace es la tiranía que millones de hermanos viven en Venezuela, en Nicaragua y en Cuba.

Ese, ya sabemos no es el primer paso. Las ideas socialistas son muy bonitas, desafortunadamente no hay un modelo de Gobierno que haya producido resultados.

Sin revoluciones extremas, sin radicalismos exacerbados, atacando los problemas en sus raíces podemos dar el primer paso.

En defensa del proceso de paz, se dijo que el final del conflicto le permitiría al Estado dedicar los recursos a hacer de Colombia un país con menos pobreza, con más equidad. Es posible, más sin embargo mientras no erradiquemos el cáncer de la corrupción nada de eso va a suceder.

Se fue el Papa y nos dejó su mensaje.

De regreso al día a día nos topamos con la cruda realidad, el Estado colombiano no es viable en las condiciones actuales. Gobernantes, legisladores y jueces se alimentan de la porquería de la corrupción. Cualquiera de los monstruosos casos de los que hemos sido testigos demuestra que el sistema político colombiano está carcomido por prácticas clientelistas que se nutren y se amparan en la corrupción

Los ricos y los poderosos defienden sus privilegios comprando conciencias y sentencias.

No hay un aspecto de la vida nacional que no esté infectado. Se robaron la plata de la salud, la de los programas de alimentación escolar, la de las obras de infraestructura, la de las regalías. Se han despilfarrado recursos en todas partes.

Mientras los ricos compran y gastan desaforadamente, los pobres están más pobres, tienen menos salud y sus niños peor educación. Cada día Colombia es menos competitiva porque las inversiones del Estado no llegan, la plata se queda en los bolsillos de alcaldes, gobernadores, congresistas jueces, magistrados, ministras y ministros.

El diablo entra por el bolsillo, dijo ayer en Cartagena el papa Francisco.

Esculquemos los bolsillos de quienes nos han robado y una vez desocupados, cozámoslos para que no puedan volver a meter sus cochinas manos.

Demos pues el primer paso, lo demás vendrá por añadidura.

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