Juan-Manuel-26-300x270Este año me gané uno que otro regaño por algunos excesos en algunos escritos.

Me han dicho que en ocasiones caigo en la trampa del exceso de adjetivos muy agresivos y que acabo insultando a las personas.

Me han dicho que me apresuro a rasgarme las vestiduras.

Me han dicho que en ciertos temas soy demasiado negativo, que no propongo soluciones.

Ante esos comentarios, que tomo muy en serio, me atrevo a pensar que el balance es que estos requesones los leen cada vez menos personas porque entre insultos, reacciones apasionadas y negativismos he ido espantando lectores.

Tocará entonces enmendar la plana.

Mientras trato de hacer un balance desapasionado y positivo de lo bueno, al fin y al cabo me he pasado doce meses criticando lo malo y lo feo, me refiero a dos personas que marcaron diferencias.

De primeras, el Papa Francisco.

El tipo es el personaje del año, de lejos, de eso no hay duda. Además para rematar el equipo de fútbol de sus afectos acaba de coronarse campeón en Argentina.

En mi caso personal hay un elemento adicional. Resulta que desde la elección del antecesor de Francisco hasta el cónclave que habría de elegir a Francisco, publiqué varios escritos denigrando con mucha pasión en contra de la Iglesia Católica y de la institución del papado.

Francisco me demostró que estaba errado, que lo malo no son las instituciones sino las personas que las ponen al servicio de intereses que no son los de las instituciones.

Sobre el alcance de sus acciones y de sus actitudes ya han escrito los que saben.

De segundas, la actitud conciliatoria y la sonrisa de Hasan Rouhani, el presidente de Irán.

Habiendo reemplazado a una de las bestias que producen los regímenes totalitarios, Mahmud Ahmadineyad, y posiblemente con muy pocos cambios de fondo en las políticas del Estado clerical y de su líder Ali Jamenei, con su actitud logró comprometer a Irán en unas negociaciones con occidente sumamente prometedoras.

El retorno de Irán a la comunidad global se da en medio de acercamientos entre Washington y Teherán.  Nada definitivo por ahora, de hecho hace tan solo tres días la delegación iraní que estaba participando en las negociaciones sobre el tema nuclear en Viena, se retiró para ir a Teherán a consultas.

Se ha especulado que ello fue en protesta por la continuidad de las sanciones que los Estados Unidos le han venido manteniendo a Irán desde hace ya varios años.

El Secretario de Estado le restó importancia al regreso de la delegación iraní a consultas a Teherán.

Aunque tiene sumamente nerviosos a los enemigos declarados del régimen chiita de Teherán, los sunitas de los emiratos del Golfo y de Arabia Saudita y los israelíes, el reencuentro de Irán con occidente genera esperanzas de una posible solución diferente a la monstruosa guerra civil que viven los sirios.

Dos personas que definen el destino de muchas.

Dos actitudes radicalmente diferentes a las de sus antecesores.

Con tan solo eso nacen las esperanzas.

Baste con recordar la sonrisa de Mandela, QEPD, con la camisa de los Springboks, en Ellis Park, el templo del deporte de los blancos de Suráfrica, abrazado con François Pienaar, para entender que una sonrisa o una actitud, pueden hacer más que mil discursos.