Tragicomedia en varios actos (tres por ahora): La obra se desarrolla en un escenario rodeado por las fachadas de la Casa de Nariño, del Palacio de Justicia y del Capitolio.
Contexto: Mientras Álvaro Uribe era gobernador de Antioquia, tuvieron lugar dos masacres (eso que el presentador presidente ahora califica de homicidios múltiples) en El Aro y en La Granja. En realidad, hubo muchísimas más masacres en Colombia en esos tiempos. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia investiga la vinculación de Uribe en estos dos casos. Se ha llegado a acusarlo de ser el autor intelectual. En desarrollo de esos dos procesos Uribe acusó al senador Iván Cepeda de haber “inducido” a varios testigos a presentar “falsos testimonios”. Cepeda logró convencer a la Corte de que, por el contrario, el que había inducido a varios testigos era Uribe. Y así las cosas, la Corte le abrió un expediente a Uribe y la fiscalía a su abogado Diego Cadena por manipulación de testigos.
Primer acto: Tras escuchar a Álvaro Uribe en indagatoria, en el marco del sistema penal inquisitivo, sin haber llamamiento a juicio o imputación de cargos, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia ordena la detención preventiva del expresidente Álvaro Uribe Vélez en el marco del proceso de manipulación de testigos.
La derecha se rasga las vestiduras. El presentador presidente y un nutrido grupo de funcionarios del gobierno se cortan el pelo y se echan silicio, como en el antiguo testamento, ante semejante iniquidad. Los congresistas del partido de gobierno denuncian a una corte mafiosa y anuncian la promoción de un referendo para reformar la justicia.
La izquierda y el senador Iván Cepeda, la víctima en este caso, celebran y exigen respeto a las instituciones y a las decisiones de la justicia.Uribe se declara secuestrado por esa justicia mafiosa.
Segundo acto: El expresidente Uribe renuncia a su curul para que el proceso pase a la justicia ordinaria, ya que la Corte no lo debe juzgar si ya no es “aforado”. A la Sala de Instrucción no le queda más remedio que aceptar la “jugadita” y pasar el caso a la justicia ordinaria.
En su primera actuación, la juez a quien le corresponde el proceso solicita a la Corte que defina si el proceso se continúa en aplicación de la ley 600 que define el sistema penal inquisitorio, o en aplicación de la ley 906 que determina el sistema penal acusatorio. El segundo es mucho más garantista de los derechos del acusado. La corte responde que se debe aplicar la ley 906. La defensa de Uribe anuncia que pedirá la libertad del acusado.
Han entrado en escena dos nuevas víctimas.
Oportunistas, el protector de Saludcoop y de Palacino, Eduardo Montealegre, con su escudero “Sancho Perdomo”, logran, con un enredado argumento típico del “leguleyismo” criollo, que se les reconozca como víctimas.
De entrada, muestran estos dos personajes una sorprendente animadversión contra Álvaro Uribe. El defensor de Palacino es así, apasionado. Defendió con pasión las Convivir. Criticó con pasión los diálogos y la zona de distención del Caguán y el estatuto antiterrorista que propuso Álvaro Uribe durante su primer mandato. No estuvo de acuerdo con la “caída” de la conmoción interior que pretendió imponer Uribe.
En 2009 sonó para integrar la terna a Fiscal porque era parte de los abogados más cercanos al entonces presidente Álvaro Uribe y alcanzó a recibir poder de él para demandar a Hugo Chávez ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Además, junto con el consejero de Estado Juan Ángel Palacio y el entonces Ministro del Interior Fabio Valencia, estuvo encargado de convencer a los congresistas de que podían votar el referendo reeleccionista sin temor a estar impedidos. Wikipedia.
Es que las veletas son apasionadas.
A la izquierda y a las víctimas ya no les gusta tanto la “justicia”, esa que tanto defendieron cuando su fallo les favorecía.
Tercer Acto: El juez de control de garantías es una figura esencial en el sistema penal acusatorio. Clara Ximena Salcedo, jueza 30 de control de garantías, recibe en reparto el proceso del exsenador Uribe y con temple y decisión realiza una larga audiencia para decidir sobre la solicitud de libertad para el acusado presentada por su defensa. Al final de esta, determina que el acusado debe quedar inmediatamente en libertad hasta tanto se complete el proceso y se lleve a cabo una audiencia acusatoria.
El fiscal encargado del caso es Gabriel Jaimes Durán, a quien el fiscal general, de reconocida amistad con el acusado Uribe y con el presentador presidente, le encargó la tarea. Este personaje tiene su “rabito de paja”.
En la audiencia, el fiscal Jaimes se va lanza en ristre contra la Sala de instrucción de la Corte Suprema.
El presentador presidente, los funcionarios del gobierno, y los miembros del partido de gobierno sonríen, festejan, aplauden la justicia y demandan que su fallo se respete. Claro, esta vez les favoreció.
Iván Cepeda deja en claro que la justicia no es justa sino cuando favorece sus intereses políticos:
Uno de los primeros en pronunciarse fue la contraparte, el senador Iván Cepeda Castro, quien manifestó que mantiene su respeto a la justicia, aunque no comparta la determinación judicial. Sin embargo, manifestó que el fiscal Gabriel Jaimes, quien lleva el caso de Uribe en la Fiscalía, “desarrolló un libreto político”.
“Es evidente su parcialidad y consideramos que no hay ninguna garantía para los derechos de las víctimas en este proceso. Vamos a apelar la decisión y a seguir luchando en los estrados judiciales. Tenemos la íntima convicción de la responsabilidad del exsenador Uribe en los delitos de soborno y fraude procesal”, dijo Cepeda. El Espectador, Octubre 18, 2020.
EL defensor de Saludcoop y su escudero Sancho Perdomo, “los oportunistas”, concuerdan con Cepeda en sus críticas. El defensor de Salucoop se había despachado contra el fiscal Jaimes y el defensor de Uribe durante la diligencia judicial, lo que le valió un llamado de atención por parte de la jueza.
En su rectitud, durante la audiencia, la jueza también le llamó la atención al fiscal Jaimes por sus críticas a la sala de instrucción de la corte suprema
El acusado trinó “Gracias a Dios”. Como si el pobre Dios tuviera algo que ver.
Al día siguiente a su liberación el expresidente Uribe sale a incendiar el país.
¡Demagogia extremista peligrosa!
Ante la imposibilidad de defender un presidente inepto, dedicado a presentar su programita de televisión, incapaz de atender a las urgencias de la nación, el líder del partido de gobierno enfila baterías desde ya para iniciar una campaña electoral con miras a las elecciones de 2022 basada en el odio y el temor.
Epílogo: El coro canta a ritmo de reguetón (o al ritmo que escoja el lector)
La ley es dura
cuando gano
se pone menos dura
Pero cuando pierdo
cómo puede ser de dura
Por añadidura
la ley ya no es dura
cuando mi necesidad
es la que perdura