Juan-Manuel-2Entre 1048 y 1099, 51 años, vivió un caballero llamado Don Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como  El Cid (de al sidi, señor en árabe) Campeador.  Fue un caballero de carne y hueso.  Fue un héroe de carne y hueso.  Contribuyó a la reconquista de la España contra los Moros. Sirvió al Rey Alfonso IV y también lo traicionó para ponerse al servicio de la taifa de Zaragoza durante los reinos de al-Muqtadin y al-Mutamán.

Coinciden todos los historiadores en que Don Rodrigo fue singular guerrero y participó en muchas gestas heroicas.     Sus aduladores esconden sus desatinos.

Incluso hay historias que niegan sus servicios a los reyes moros de Zaragoza.  Es decir hizo muchas cosas buenas y seguramente muchas malas.

El personaje del  Cid Campeador ha sido fuente inspiración en la literatura, lo más conocido obviamente El Poema del Mío Cid.  Lo pintó El Greco, lo cantó Bizet y obviamente lo re creó Hollywood.

En 1961 se estrenó El Cid, la versión cinematográfica más popular sobre el personaje. Fue dirigida por Anthony Mann y protagonizada por Sophia Loren y Charlton Heston. Se trata de una superproducción histórica de Samuel Bronston rodada en España.

La película presenta al Cid de la leyenda antes que al de la Historia; comete abundantes anacronismos, que se hacen patentes en la arquitectura, armamento masculino e indumentaria femenina, y todo ello pese a que el asesor histórico del film fue Ramón Menéndez Pidal.  Esa cinta recoge la escena de batalla en que el cádaver del Cid derrota a los moros.

Entre 1954 y 2013, 59 años, vivió un coronel llamado Hugo Chávez, llamado El Comandante.  Fue coronel de carne y hueso.

Sus historiadores nos contarán que construyó la reconquista de Venezuela rapándosela de las garras a oligarcas e imperialistas.

Sirvió sus propios intereses y los del pueblo venezolano, dirán sus historiadores.   Ayudó a quienes los adularon y traicionó y encarceló a quienes lo criticaron.

Coinciden que el Coronel Chávez fue singular caudillo y participó en muchas gestas.

Sus aduladores esconden sus desatinos.  Sus críticos esconden sus logros.  Sabemos que hizo muchas cosa buenas y muchas cosa malas.

Las leyendas de Cardeña cuentan que a la muerte del Cid Campeador, su amada esposa Doña Ximena lo mandó embalsamar y siguió sentado en su trono diez años gobernando desde la abadía de Cardeña. La Leyenda de Cardeña tenía por objeto vincular al Cid con la abadía cardeniense en una época de decadencia de este monasterio.

Con este fin se elabora un relato de las peripecias de los restos del Cid tras su muerte equiparable al de las narraciones de las vidas de santos, entre cuyos episodios se incluye el de la victoria del Cid después de muerto sobre los moros gracias a la treta de colocar su cadáver sobre su caballo para hacer creer al enemigo que no había fallecido.

Su figura adquiere, en las leyendas de Cardeña, tintes milagreros y carácter de deidad. Para ello este relato tomó la forma de testamento del Cid (un apócrifo o falsificación) en el que este ordenaba el embalsamamiento de sus restos mortales y el traslado a Cardeña para su reposo eterno, con las habituales mandas testamentarias en que se hacían importantes donaciones a la abadía cardeniense

Cuando uno investiga sobre Don Rodrigo, el Cid Campeador, la fecha de su muerte es un misterio que se manipula por los historiadores colocándola en algún momento entre Mayo y Julio de 1099.  Aunque nos han contado que Chávez murió el 6 de Marzo de 2013, nadie sabe a ciencia cierta y su muerte puede haber tenido lugar en cualquier momento entre Diciembre de 2012 y la fecha oficial.

Las leyendas de Cardeña datan de 1270, es decir la leyenda del Cid tardó cercea de doscientos años en construirse. Las leyendas de Caracas, que hablan del Comandante, comenzaron cuando el propio comandante inyectado de cortisona y esteroides, embalsamado en vida,  se las inventó y condujo a las huestes bolivarianas al a victoria electoral en octubre 2012.  Las leyendas de Cardeña cuentan que El Cid se mandó embalsamar.  Las de Caracas cuentan que El Comandante se mandó enterrar pero que su hijosucesor Maduro lo necesitaba embalsamado para mantener el poder.

Nadie sabe a ciencia cierta si El Cid fue embalsamado o no.

Nadie sabe a ciencia cierta si El Comandante fue embalsamado o no.  Sabemos que si lo embalsamaron quedó mal embalsamado y lo tuvieron que enterrar.

Pero no importa, porque así el cuerpo del Comandante esté como el de todos los mortales siendo banquete de gusano, tomos hemos atestiguado como su imagen, igual  que la del Cid desde su trono en el monasterio o desde su montura, conduce a las huestes de la revolución bolivariana hacia la victoria contra los oligarcas en las elecciones de Abril.

Uno pensaría que en el siglo XI la  televisión y el Internet no contaban con la tecnología de hoy en día por lo que le engaño es entendible.

Lo que no tiene explicación es veinte siglos después semejante engaño pueda ser posible y que el pueblo venezolano esté al borde de darle una nueva victoria al Cid, perdón al Comandante.  Queda la esperanza que ese pueblo hermano sea más maduro que el hijo de Chávez, que todavía no entiendo porque se  llama Maduro.

Si no es así me tocará sentarme a escribir El Poema del Míocomandante.

Coletilla: Yo recordaba al CID de una tragedia de Corneille que me hicieron leer en el Liceo Francés, pero sobre todo de la película arriba citada.  Si no fuera por Wikipedia este artículo no lo saco adelante.  La referencia es: http://es.wikipedia.org/wiki/Rodrigo_D%C3%ADaz_de_Vivar.