En una columna publicada el 14 de junio, expresaba mi opinión sobre el fiscal, me quedé corto. Esta semana se desató un “escándalo” por un viaje a San Andrés, que realizaron el fiscal, y el contralor; ambos acompañados por sus esposas. Se fueron en plena pandemia, en puente, en el avión de la fiscalía, dizque a “conocer el impacto de la pandemia en los sectores de la salud, recreación y educación de la isla y en otros hechos que son objeto de investigación” (El Tiempo Julio 3). 

Los acompañaban sus esposas ya que la del uno trabaja con el otro y la del otro trabaja con el uno, ¿entendimos?  

Eso sí, que quede claro el uno es el fiscal, ya que el sostiene que ocupa el segundo cargo más importante de Colombia.  No entiendo, si siendo así, porque no hace parte del reparto de la telebobela de las seis.  Tiene todas las cualidades y atributos para hacer un papel igual de bueno al del protagonista que es el que ocupa el primer cargo.

Por ejemplo, el segundo hombre más importante de Colombia podría mandarle al director de fiscalías en San Andrés, un emilio diciéndole “sírvase informar a este despacho cuál es la evaluación que hace su despacho del impacto de la pandemia en los sectores de la salud, recreación y educación de la isla.  Sírvase así mismo informar de los hechos que, en el marco de la pandemia, son objeto de investigación”.  Ese mismo emilio lo podría haber enviado el contralor a su delegado en la isla.  Ya que las señoras trabajan cada una en el despacho del otro, ellas podrían haber coordinado en envío de un emilio firmado por los dos diligentes funcionarios que diría algo así “el fiscal general de la nación, segunda persona más importante de Colombia, y el Contralor general de la República y sus respectivas esposas,  sostendrán vía zoom una rueda de prensa para informar a la opinión pública sobre impacto de la pandemia en los sectores de la salud, la recreación y la educación del archipiélago de San Andrés Providencia y Santa Catalina y sobre otros  hechos que son objeto de investigación”, y adjuntar e link, como lo hacen hoy en día la mayoría de los mortales..  

Juan Manuel UrrutiaSigamos.  Se fueron las cabezas de los dos entes de control a un viaje que no perece tan indispensable.  Hasta donde yo tengo entendido, en tiempos de pandemia, se le exige a los niños y niñas que asistan a clase “virtual”.  Dos funcionarios de alto nivel con todas las capacidades y con toda la tecnología a su disposición bien podrían haber hecho la diligencia desde sus despachos con la misma virtualidad que se le impone a la mayoría de los colombianos.  Lo que pasa es que no tiene chiste.   

Pero no.  Había que echarse la rodadita, cosa que ni los tolimenses ni los opitas pudieron hacer para el Sanpedro.  Bueno en este caso la voladita.

Y ya entraos en gastos pues el segundo hombre más importante de Colombia se llevó a su hijita del corazón e invitó a una amiguita a que la acompañara para que pasaran el puente juntitas en la isla, eso sí encerradas en un cuarto de hotel.

Al contralor le dio cosa y se devolvió el sábado.   Su asesora, la esposa del segundo hombre más importante de Colombia, se quedó con su marido, el segundo hombre más importante de Colombia, y su hija, y la amiga de su hija hasta el lunes, faltaba más.

Todos regresaron a Bogotá.  Las niñas muy contentas pusieron las fotos de su paseo de puente en sus redes sociales.

Del impacto de la pandemia, pocón pocón.  De las investigaciones pendientes, encontraron un contrato de publicidad, que en el marco de la pandemia, el gobernador del archipiélago celebró para que le explicaran a la gente, en español, en inglés y en creole, los tres idiomas de la isla, como comportarse en la pandemia. U sea lo que hace todas las noches durante una hora, desde hace 100 días el único funcionario más importante que el fiscal.  El contratista fue seleccionado luego de revisar tres opciones y se celebró por contratación directa aduciendo urgencia manifiesta.  Así se han suscrito  el 99% de los contratos que se han celebrado desde el comienzo de la pandemia, incluidos uno que otro en la entidad más importante del país, y posiblemente en la segunda entidad más importante del país.  Peor había que justificar el viaje y entonces el fiscal, con la ligereza que ya le es conocida denunció al gobernador ante la Corte Suprema por el susodicho contrato. 

¿Sería ilegal el viaje con comitiva familiar en tiempos de pandemia? no sé.

¿Inmoral? si, muy.

Y el segundo hombre más importante de Colombia sacó a relucir su falta de transparencia, su falta de moral y su falta de cancha cuándo en el sumum de la soberbia y de la desfachatez pone a su hija de escudo protector ante los muy justificados cuestionamientos de que ha sido objeto.

“Me quieren apedrear porque llevé a mi hija” dice y continúa “no lo permitiré y la seguiré llevando”.

No, señor fiscal Usted puede creer que es el segundo hombre más importante de Colombia, es más Usted puede creer que es el primer hombre más importante de Colombia, pero no tiene derecho a pasarse por la faja todas las normas fundamentales de la moral pública, así la conducta que se le critica no tenga nada de ilegal, lo que yo personalmente cuestiono. 

Si tiene que ir a San Andrés a controlar la corrupción, vaya un día de semana y devuélvase al otro día.  Vaya con un equipo de fiscales para que busquen a los corruptos y destapen los actos de corrupción y programe un zoom para hablar con su hijita y su esposa por la noche cuando Usted esté cómodamente instalado en el hotel y su esposa ya no esté con el Contralor, de paso le pide a su esposa que le cuente al contralor los hallazgos del día. 

¿Pero en plena pandemia y en puente? No.  

A Usted señor número dos de Colombia le parece que quien sí es la que ocupa el segundo cargo más importante, de elección popular, en Colombia, cometió un delito por irse a mercar con su esposa a un Carulla que queda a dos cuadras de su casa.  Aplique el mismo rasero.  

Señor fiscal si “la mujer del César no solo tiene que ser, sino que tiene que parecer” imagínese Usted lo que los colombianos esperamos del segundo hombre más importante de Colombia.

A todas estas ¿en qué va la investigación de los dineros irregulares en la campaña presidencial de su amigo el que ocupa el primer cargo más importante de Colombia? 

¿Acaso, entre el uno y el dos nos hacemos pasito?