Imagen: Minuto 30

Al presentador presidente le gusta el discurso adjetivado.  La vacunación es masiva, la reactivación es segura y la transformación social es sostenible.  Los hechos que son tozudos demuestran que el uso de los adjetivos falsea la información.  Si hay vacunación, si hay reactivación y de pronto si hay transformación social, pero escogieron mal los adjetivos.

Seguimos con la vacunación masiva

FALSO

Juan Manuel Urrutia

El Ministerio de Salud, reporta al corte de las 11:59 PM del 24 de marzo, 1,385,503 dosis aplicadas en 36 días, es decir 38,486 dosis aplicadas por día.  Según el presentador presidente se va a vacunar a 35 millones de colombianos y colombianas en 2021, eso son 70 millones de dosis, puesto que por ahora todas las vacunas disponibles requieren de dos aplicaciones.  Al año le quedan 282 días.  P
ara cumplir con la meta se deberán aplicar 243,314 dosis diarias, número que aumentará por cada día en que se apliquen menos de las dosis requeridas.

El ministerio de salud informa que se han recibido 3,362,724 dosis, que se han asignado 2,242,784 dosis, que se han distribuido 2,163,447 dosis y que se han aplicado 1,385,503.  En resumen, por la decisión del gobierno de mantener centralizado y burocratizado el plan de vacunación, no se ha logrado aplicar sino el 41% de las dosis recibidas, que a su vez están muy por debajo de lo que se había anunciado en febrero cuando se lanzó el famoso plan nacional de vacunación masiva. 

Es entonces falso y temerario afirmar que se está desarrollando la vacunación masiva.  Por ahora se podría hablar con optimismo de vacunación progresiva para darle a este paquidérmico programa un nombrecito de esos que el gustan al presentador.

Reactivación segura

FALSO

El gobierno del presentador presidente se montó en el cuento de la vacunación masiva que hasta ahora ha sido un estruendoso fracaso.   Nunca ni en los niveles locales ni nacionales se desarrolló un programa efectivo de vigilancia epidemiológica.  Salvo en algunos momentos de 2020, ni el gobierno del presentador presidente, ni los gobiernos locales, han impulsado y, mucho menos implementado, programas serios de vigilancia epidemiológica.  La frasecita, otra de esas que tanto le gustan al presentador presidente de prevención y acción se limita a ordenar restricciones a los derechos fundamentales de los ciudadanos que obviamente lo único que no aseguran es la reactivación. Ante el constante perifoneo del presentador y sus áulicos, a los que se ha sumado con pasmosa intensidad Felipe Zuleta, de que “estamos avanzando con la vacunación masiva”, la gente se ha relajado, “a la m… el tapabocas, llegó la vacunación masiva” parece ser la respuesta ciudadana.  Así las cosas, ya comienzan a anunciar más toques de queda, más picos y cédula, más confinamientos activos y responsables u sea más de la medicina que en algo ha frenado la pandemia y en mucho la tal reactivación. 

Transformación social sostenible

CIERTO

El éxito de la transformación social si se lo tenemos que abonar al gobierno del presentador presidente.  En efecto tras 30 meses de una gestión dedicada a prevenir y a actuar ha logrado una transformación social tan profunda que seguramente se sostendrá por muchos años.  En efecto hoy en Colombia están disparadas la pobreza, el desempleo, la informalidad, la criminalidad y las utilidades de los bancos y de los grandes conglomerados empresariales.  Y tiene el presentador presidente el descaro de anunciar que, para remediar el drama de esos millones de personas, la política social se va a transformar en un paquete de medidas asistencialistas que muy seguramente serán opacadas por la tercera “reforma tributaria” que va nuevamente a empobrecer a la clase media sin tocar al 10% más rico de la población colombiana.   

LA MENTIRA

Lo que el presentador presidente llama la transformación social sostenible es otra gran MENTIRA.  Lo que el presidente llama una reforma tributaria con sentido social es una vez más un sancocho de medidas regresivas que van fundamentalmente a castigar el bolsillo de los más pobres.  Anuncian que no van a gravar con el IVA los productos de la canasta básica, salvo la sal, el azúcar, el chocolate y el café.  Anuncian que le van a clavar 19% de Iva a los combustibles o sea al transporte o sea a todo lo que se transporta como los demás productos “no gravados” de la canasta básica.  O sea que en adelante la canasta básica será pan y agua, ah y eso si las bebidas azucaradas porque a esos industriales no se les puede tocar.   Anuncian que a los que se ganan más de 2,600,000 les van a clavar impuesto de renta, eso sí poquito, digamos 2%, pero que esos sí a los rentistas de capital les van a subir el impuesto sobre los dividendos de 15% a 25%.  

¿Quién sufre más el hogar al que le quitan dos por ciento de su ya de por sí bajo ingreso, o alguien cree que 2,600,000 es un ingreso alto, o el billonario al que le quitan 10% de sus inmensos ingresos?

¿Quién sufre más el empleado o la empleada al que le clavan 19% de IVA a sus pequeños gustos como una tajada de jamón o una lata de maní o el millonario al que le cobran el mismo IVA por el salmón fresco o la champaña milesimada?

Esas mismas preguntas se hacen los congresistas, en año preelectoral.  Preguntas que muy seguramente darán al trasto con la reforma tributaria que el presentador presidente ha presentado como la base de su transformación social sostenible.