Si y NoCuando éramos niños jugábamos en diciembre a los aguinaldos, al SI y al NO, a Hablar y No Contestar y Pajita en boca. Ya adolescentes, con las niñas, jugábamos al beso robado y a tres pies que consistía en meter un pie entre los dos pies del contrincante cuando este o esta se descuidaba, excelente fórmula para la aproximación indirecta entre adolescentes hormonados.

Reflexiones de Juan Manuel UrrutiaEl proceso del plebiscito me hizo recordar esos juegos.

La diferencia es que esto no es un juego.

Hace semanas vengo diciendo que la suerte está echada. Que el Gobierno de Santos, y el Congreso, y la Corte Constitucional ya montaron al país en un irreversible proceso para la ratificación y blindaje constitucional de lo que se acuerde en La Habana.

También he dicho y reitero que lo que he podido leer de los acuerdos me hacen pensar que son buenos. Acojo, por ejemplo, la tesis de La Silla Vacía según la cual las FARC han cedido más de lo que los críticos del proceso quieren reconocer.

Hoy mismo en otra nota decía que el discurso del presidente Obama en la convención demócrata me movió a la acción. O sea, en el plebiscito hay que votar.

Si uno cae en la trampa tendida por el Presidente y gente como Roy Barreras, hay que votar Si. El No es el voto por la guerra.

Si uno cae en la trampa tendida por el senador Uribe y su gente, hay que votar por el NO. El Si significa, por ejemplo, que le van a entregar el país a los cubanos, prueba de ello son los 30 observadores cubanos que vendrían en la misión de la ONU a vigilar la implementación de los acuerdos y la entrega de las armas.

¿Será?

Dice el expresidente Pastrana que las FARC ya dijeron que, si gana el NO, ellos siguen con la misma voluntad de paz, lo que significa que tendrían que sentarse con el Gobierno a ajustar los acuerdos para que los colombianos los aprueben.

Supuestos periodistas como Vanessa de la Torre en Blu Radio se apresuraron a descalificar a Pastrana. Al Presidente Santos, sólo se le ocurrió decir que era muy fácil criticar desde un yate en el mediterráneo. Ridiculeces.

El NO tiene que ser una opción democrática. Los promotores del NO tienen el derecho ejercer esa forma de acción política sin ser demonizados.

A mí me parece que la tesis de Pastrana es sensata y sobre todo que no es una invitación a votar NO sino una defensa del derecho a votar NO.

Pese a que lo quieran representar así, Pastrana no está, ni ha estado en contra de la Paz.

La carta del expresidente al Directorio Nacional Conservador plantea un punto profundamente importante. El plebiscito no puede ser una escogencia entre la guerra y la paz. Convocar a los colombianos a votar SI bajo la amenaza de la guerra es un error.

La polarización que han mostrado incidentes como el que vivó Antonio Navarro en Medellín muestran una terrible falta de información.

El discurso del Senador Uribe no ayuda. A nada contribuye el andar rasgándose las vestiduras por la presencia, insignificante, de 30 cubanos entre los observadores de la ONU.

Es muy impresionante encontrarse con la ausencia total de tesis en defensa de lo esencial, los acuerdos, o el acuerdo, por parte de los defensores del SI.

Y todo esto ¿por qué?

Porque el Gobierno en su afán por sacar adelante el SI ha desfigurado la esencia misma del proceso de ratificación.

¡El famoso “Si a la paz” es un gran engaño!

Los colombianos todavía no sabemos que es lo que tenemos que ratificar. Y el Gobierno ya empezó su campaña por el SI.

La pregunta por la que nos van a invitar a votar no es, ni puede ser, ¿está usted de acuerdo con la Paz? La pregunta, entonces, tiene que ser algo así como ¿Aprueba el acuerdo general firmado con las FARC?

A esa pregunta no se puede contestar SI a la Paz. Ni NO a la paz. Se contesta SI apruebo el acuerdo o NO apruebo el acuerdo.

Entonces, lo lógico, lo decente, lo transparente sería que el Gobierno y sus áulicos esperaran a que hubiera un acuerdo para aprobar o ratificar. Que antes de empezar la campaña por el SI, o por el NO, superamos con precisión cual es la pregunta.

Y ahí sí, que arranquen las campañas.

Que la gente lea los acuerdos y que las campañas no le mientan a la gente.

Que los que promueven el SI defiendan los acuerdos con tesis un poco a más serias que la amenaza de la guerra.

Que los que promueven el NO expliquen qué es lo malo que tienen los acuerdos con tesis un poco más serias que la amenaza del castro chavismo.

Y que, gane el que gane, el plebiscito sea el primer paso para comenzar la construcción de la paz.

Una pregunta agregada: ¿En qué va la famosa, cacareada y muy incumplida promesa de las FARC de entregar a los niños y niñas que hoy todavía tienen en sus filas?

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