Fetecuar, verbo bogotano que significa dispararle a un ave de caza mientras está en el piso, en un árbol o en el agua. Los cazadores no le disparan a las aves sino al vuelo.
El verbo viene de una familia Fetecua de Mosquera, Cundinamarca.
Uno de los Fetecua fue el mayordomo de la hacienda San José de propiedad de una gran señor llamado don Eusebio Vargas que se casó con la más divertida de las hermanas, muchas, de mi abuela, mi tía Alicita.
Ella me enseñó a tirarle cosas a los carros y a los transeúntes desde la terraza del apartamento de mi abuela en la calle 84 con carrera séptima.
Ese señor Fetecua enfermó una vez y fue a dar a la clínica de Marly, cuenta el nieto de Don Eusebio.
Don Eusebio, gran señor fue a visitar a Fetecua a la clínica y le preguntó ¿y a Usted que le pasó Fetecua?
Y él señor Fetecua prestamente le contestó “me desconoció la cerveza Don Eusebio”.
Otros Fetecua prestaban sus servicios a otros hacendados de la zona que organizaban, por tiempos de octubre y noviembre cacerías de pato canadiense, barraquete le dicen en estas tierras, en la laguna de La Herrera.
Los señores y señoritos bogotanos tenían sus puestos fijos en La Herrera y desde esos puestos, al amanecer, cazaban patos a los que se les disparaba siempre al vuelo. Los Fetecua no tenían puesto y les disparaban a los patos mientras descansaban plácidamente en el agua, lo que resulta mucho más fácil. Imagínese Usted querido lector la velocidad que debe alcanzar un pato que se ha echado la rodadita desde el Canadá. De ahí el vocablo fetecuar.
Hace una par de semanas las FARC fetecuaron a un grupo de soldados mientras estos descansaban en el norte del Cauca. La indignación nacional fue total. El presidente ordenó des suspender los bombardeos aéreos a las Farc. Los críticos del proceso de paz, con Uribe a la cabeza se apresuraron a decir que era justamente a causa de la suspensión de los bombardeos que las cuadrillas de las FARC podían andar por ahí fetecuando.
Yo andaba por allá en Burundi, viendo como esos tipos también empezaban a fetecuarse, motivo por el cuál no tengo bien presente el nivel de cinismo de las respuestas de las FARC, pero creo que le echaron la culpa al Gobierno por no decretar la tegua bilateral que andan pidiendo desde el primer día.
Al final de la semana pasada, el ELN, en Norte de Santander, orgullosamente exhibía como trofeo de cacería, colgada en la reja de una escuela, una de las piernas de un cabo del ejército fetecuado por una mina quiebra patas.
Aún ayer lunes había una columna de Juan Lozano sobre ese tema.
Este fin de semana circularon versiones de una reunión en La Habana de los máximos líderes de las FARC, Timochenko, y del ELN, Gabino.
Supuestamente el propósito de dicha reunión era convencer a Gabino de las bondades del desminado.
Señor Presidente
He sido defensor intenso del proceso de Paz. Muchos de mis amigos me tildan de mamerto, otros de tibio. Muchos otros me dicen que al fin qué. Yo lo he defendido a Usted, cuando lo tildan de ingenuo, de estar entregándole todo a las FARC. A mí no me gustó su reelección, pero eso es harina de otro costal.
Pero tragarme este sapo si me cuesta un trabajo enorme. No entiendo por qué Timochenko y sobre todo Gabino que siguen liderando unas cuadrillas de facinerosos que cometen toda clase de violaciones al derecho internacional humanitario se pasean mondos y lirondos. No entiendo por qué si su Gobierno sabe en dónde están y si a ellos no se les han levantado las órdenes de captura, no le pasa es datico al fiscal que fue tan eficiente capturando al tal hacker, que hasta donde yo sé las únicas minas que conoce son las del jueguito de computador.
Señor Presidente, que pena, pero a ratos me da la impresión que nos van a fetecuar.