La encuesta Gallup cuyos resultados relativos a la favorabilidad del presidente Santos comentaba en mi pasada columna tiene otra cara.
En efecto el 50% de los encuestados manifiesta tener una opinión favorable de Antonio Navarro.
Este dirigente del M19, amnistiado, elegido, primero constituyente, luego gobernador de Nariño, alcalde de Pasto y hoy en día senador de la república, ya ha sido candidato y precandidato presidencial.
De entrada me parece refrescante que un ex guerrillero que entra a la política como resultado de un proceso de paz obtenga esos resultados.
Hizo parte del Polo Democrático Alternativo, luego se alejó para formar parte del movimiento progresistas que eligió a Gustavo Petro, alcalde de Bogotá.
Hoy en día encabeza el grupo de Progresistas que están en serias conversaciones con el partido Verde y el movimiento encabezado por Sergio Fajardo, Compromiso Ciudadano.
La idea de esa alianza es la de presentar listas conjuntas para las corporaciones y un candidato único salido de una consulta, se especula que entre Antonio Navarro y Enrique Peñaloza.
El discurso es que ante el enfrentamiento entre la extrema derecha encabezada por Álvaro Uribe y un Santos cada vez más liberal, el país requiere de una tercería que presente una propuesta fresca y diferente.
“No más participar por participar”, dice Navarro. “Hagamos una cosa lo suficientemente grande que pueda disputar la elección presidencial de 2014, aprovechando además que todas las encuestas muestran que al presidente Santos la gente no lo quiere reelegir y presentémosle una alternativa”.
Es posible sin embargo que se trate de una alianza más táctica que estratégica cuyo propósito inicial sea la salvación de tres movimientos que corren serio riesgo de perder sus personerías por no alcanzar el umbral en las elecciones parlamentarias de marzo de 2014.
Sea cual fuere el escenario interno de las conversaciones entre los tres movimientos, lo cierto es que el resultado de la encuesta debe haber cambiado el tono y los tiempos.
Navarro es el único político que sale favorecido en una encuesta en la que la constante es el pesimismo.
Los candidatos de Uribe no despegan, al presidente se le acabó la gasolina pero ni siquiera planea, se desplomó, Peñaloza perdió los puntos que ganó Navarro.
El ex guerrillero ha mostrado a lo largo de su carrera política, que arranca con un papel preponderante en la construcción de la Constitución del 91, capacidad de gestión, moderación, pero sobre todo una enorme habilidad para interpretar los momentos políticos.
Sus declaraciones son ponderadas.
Cuida su imagen.
No es excesivamente apasionado, rara vez agresivo.
Como senador es estudioso y serio.
Ha logrado posicionarse más como analista y comentarista del trasegar de Colombia que como combativo exguerrillero.
Impresiona que en medio de la debacle de la administración de los “progresistas” de Petro en Bogotá, Navarro que fue su secretario de Gobierno y que es hoy la cabeza visible del movimiento tenga la favorabilidad que le da la encuesta.
Se me ocurre alguna pensadera, o como dicen los campesino boyacenses, tan en la actualidad, un pensao.
La fuerza que está desarrollando Navarro proviene de su habilidad pero también, creo yo, de la coyuntura.
El constante esfuerzo de Uribe, de sus pre-candidatos y de sus periodistas por atacar, por deslegitimar la gestión del Gobierno aunado a la incapacidad del Gobierno para mostrar resultados están generando en la gente un cansancio de las peleas de los mismos con las mismas.
Y Navarro se está metiendo por el medio.
Así fue como Chávez se le coló a los partidos tradicionales venezolanos.
Creo que Navarro está lejos de ser un loco, un payaso, como Chávez, pero no desconozco sus orígenes izquierdistas.
No desconozco los coqueteos de los progresistas con el régimen Chavista.
No desconozco la clara animadversión expresada por el alcalde progresista, al que Navarro apoya incondicionalmente, hacia el sector privado y hacia “los ricos”.
Me parece importante que los movimientos de corte más centrista como los Verdes y Compromiso Ciudadano pongan sobre la mesa definiciones concretas sobre temas importantes como la propiedad privada, la definición de lo público, las libertades individuales y colectivas.
No va y sea el diablo, decía mi mamá.
Requesoncito: Santos cambió siete funcionarios claves entre ellos a cinco ministros. Metió dos escuderos de Ernesto Samper y eso me espanta. Los otros tres vienen bien referenciados. Al nuevo ministro del Interior se le ha visto actuar como vice ministro y como consejero presidencial y ha mostrado capacidad y resultados. El ministro de Agricultura tiene trayectoria reconocida y admirada en el medio, los inversionistas del agro le creen, ojalá los campesinos también le crean. A las dos mujeres, la ministra de Ambiente y la directora de Planeación no las conozco. La Secretaria General de la Presidencia se lució con la reforma del Estado, uno de los aciertos importantes del Gobierno Santos, bastante ignorado y muy poco promocionado.
Otro: Ojalá gane la selección. Pero un país en semejante encrucijada no se puede paralizar hasta tal punto por un partido de fútbol. “Más panem et menos circenses”
