“Estoy tan verraco que si lo veo le doy en la cara marica” le dijo el entonces Presidente Uribe a un interlocutor. Hubiera podido decirle “le doy en la jeta, pero ese es un dicho bogotano”.
Cuando le dije a mi hermano Felipe que si me volvía a acusar de algo que él había hecho le daba en la jeta, me gané una vaciada de mi mamá que me dijo “jeta es la de los animales, no trate así a su hermano chiquito”.
De la Habana llegó un barco cargado de…prebendas y perdones. Y las prebendas y perdones que no les dieron en la Habana a los guerrilleros de las FARC, esperan dárselas en la JEP, que pese a la coalición del Gobierno se enredó en la última votación en la Cámara.
Yo creo que la aprueban.
Si uno mira con cuidado el mecanismo de la JEP es interesante. Se basa en que, ante una acusación, el acusado debe ir a contar la verdad, y si la verdad contada no cuadra con la verdad acusada, a interpretación de los jueces, el acusado pierde todo beneficio y tiene que pagar larga condena en centro de detención, en cambio si el acusado cuenta la misma verdad que el acusador, el acusado se va pa una finquita cinco años.
Si es de las FARC, cuyos crímenes son conocidos y documentados, dice que sí que como no, que él para financiar la guerra contra la oligarquía secuestraba a los ricos y sembraba coca y que como la carne llama se llevaba a las niñas más bonitas del pueblo. Confiesa lo que ya se sabe y está documentado y se pone a hacer política, o a cuidar unas de las ciento ochenta mil hectáreas de coca que les dejaron sembrar, o una minita de oro o de coltán, y las cuida con uno de los 13860 fusiles que están haciendo falta.
Si es de los otros, es decir uno de nosotros, la cosa es más complicada porque a cualquiera lo acusan de cualquier cosa así no sea conocida y no esté documentada y le toca ir a “decir la verdad”. Por ejemplo, a un hacendado lo acusan de haber financiado a los paramilitares porque en su momento apoyó una convivir que era legal. Tiene que ir, y si la verdad del acusado no le cuadra al juez, chao pescao a la cárcel veinte años y si acepta los cargos ¡le toca irse a convivir con los de los FARC a la finquita! O sea o acepta o acepta.
Ese sapo ya no los tuvimos que tragar, entonces se me ha ocurrido que para sacarle algo de provecho a ese esperpento lo copiemos y creemos la JETA, la Justicia Especial para la Transparencia Absoluta.
Imaginemos un tribunal especial diferente a la JEP porque estará formado por jueces honestos, que no tangan sesgos ideológicos ni políticos, pero copiado en sus procedimientos. Alguien acusa y el acusado tiene que ir a explicar y si no dice la verdad se va para la cárcel 20 años y si dice la verdad, toda la verdad y dice a quien le repartió o quién le repartió, se va cinco años a otra finca, pero a jugar monopolio, porque obviamente a esos acusados no les gusta el agro sino la plata.
Eso sí, a diferencia de la JEP, el que pase por la JETA y se le pruebe el torcido queda automáticamente inhabilitado.
Y empecemos por el bojote Samper y de ahí para acá. Nada está prescrito, nada está vetado. Y si quieren ir más atrás y preguntar si el arreglo con los PEPES fue por plata, pues adelante. En la historia reciente yo tengo uno que otro candidato.
Que pase Pastrana y explique el cuento del sastrecillo valiente.
Que alguien explique qué pasó con ocho años de ministerio de Andrés Uriel Gallego y qué papel tuvo en la adjudicación de la Ruta del Sol II y si el Presidente estaba enterado.
Que Tom y Jerry presenten sus declaraciones de renta desde 1999, antes de que papi fuera presidente y de ahí en adelante hasta 2010 cuando pasaron a ser víctimas de la persecución de Santos y de los periodistas terroristas.
Que pase Uribe y cuente como es el cuento de Yidis y Teodolindo y él que tuvo que ver.
Como están de moda, que pasen los gerentes de las campañas, todos, y cuenten como fue el rollo Y que luego luego, como dicen en México, pasen los candidatos y expliquen cómo es que esas cosas suceden a sus espaldas.
Qué pase Piedad Córdoba y cuente como financiaba sus campañas en los noventa y que cuente cuando dejó de financiarse acá para que se las financiara Chávez.
Que pase el fiscal Montealegre y explique cómo fue el arreglo con Palacino y la persecución contra la contralora.
Que pase Mauricio Cárdenas y explique otra vez como fue lo de Dragacol y lo de Reficar.
Que pasen las ministras, Ceci y Gina, y expliquen cómo es el cuento de la adición del tramo Ocaña-Gamarra.
Que Gina vuela y explique porqué dejó que se robaran la plata del Programa de Alimentación Escolar y lo único que hizo fue presentar un proyecto de ley que duerme el sueño de los justos.
Que pase Plinio Olano y explique. Que pase Roy Barreras y nos cuente como son sus nexos con la Corporación Autónoma del Valle del Cauca y porqué su interés en “manejar la junta directiva”. Que pase Armando Benedetti y explique sus relaciones con los contratos de salud y educación en la Costa.
Qué pase Bernardo, el Ñoño, Elías y explique de donde viene su interés en la ciencia y la tecnología. Ese que llevó a que Córdoba fuera el departamento en donde más plata del Fondo de Regalías para ciencia y tecnología se ha esfumado y de una vez que explique cómo es que consigue tanto voto para él y consiguió tanto voto para Santos.
¡Que pasen todos! Eso esperan los amigos de las FARC de la JEP, eso debemos esperar de la JETA, los que no hemos querido asaltar el erario.
Y a punta de mandarlos a la JETA, en lugar de darles en la jeta o en la cara, por ahí iremos cuadrando las cargas, metiendo a los corruptos a la cárcel, destapando los escándalos y sacando de la política y de los asuntos del Estado a quienes ahí no deben estar
No estoy mamando gallo, o creamos la JETA; o viene un Chávez y no nos da en la jeta sino por ahí por donde llevan casi 20 años dándole a nuestros hermanos venezolanos.