Corridas de torosMientras Colombia mira horrorizada el caos de la frontera con Venezuela, algunos bogotanos miran despavoridos lo que nos espera con el más fiel discípulo de Chávez que tenemos en Colombia.

Juan Manuel UrrutiaMientras Colombia entera grita a una sola voz “maduro respete carajo”, los bogotanos tenemos que someternos a las pataletas del más inepto alcalde que hayamos conocido.

El discurso no es diferente.

Entre más profunda y evidente se hace la crisis venezolana, más enemigos de mentira le inventa el maduro a la “revolución bolivariana”.

Entre más profunda y evidente se hace la ineptitud de Petro para administrar la ciudad, más asuntos de poca relevancia, coloca el sátrapa bogotano en la agenda.

En las últimas seis semanas ha resuelto que su alcaldía debe ser recordada por su gestión en favor del medio ambiente.

Por ahí en medio de una crisis más se montó en un avión y se fue de paseo a Roma aun foro ambiental.

Ha resuelto con la incomprensible y bastante ingenua resignación de la oposición en el Consejo, poner a la Nación a despilfarrar cuarenta mil millones de pesos en un referendo anti taurino inventado dizque para que la mayoría de los bogotanos manifieste su rechazo a las corridas de toros.

¿Y eso para qué?

Alcaldada con premeditación y alevosía.

Los ingenuos activistas contra las corridas de toros, que son casi tan extremistas como Petro, ven en el tal referendo la oportunidad de oro. Ingenuos

Ya no me gustan las corridas de toros. Me gustaron y mucho, vi muchas, buenas, regulares y malas.

El debate filosófico o ético sobre la corrida de toros es un ejercicio apasionante. Yo no me decido.

Me temo que el referendo va a terminar siendo un plebiscito a favor de la política ambiental del alcalde Petro y por ahí mismito en un plebiscito en favor de la “Bogotá Humana”.

Me asusta que con la misma desfachatez que Petro muestra cuando acusa a las mafias de contratación de ser las culpables de cada uno de sus fracasos, Petro salga a decir que los bogotanos votaron masivamente en apoyo de sus políticas porque un grupo grande de ingenuos votó creyendo que estaban votando contra las corridas de toros y no en favor de Petro.

Con el mismo descaro se ha inventado una babosada que bautizó la justicia ambiental y para refrendar su invento va a imponer en forma inconstitucional un tercer día sin carro. La falacia detrás de ese cuento es que tres días sin carro en nada contribuyen al mejoramiento del medio ambiente de una ciudad que pasas los demás días del año embotellada. Cualquiera sabe que no hay nada más contaminante que los embotellamientos.

En este caso invita a una marcha por la justica ambiental que va a convertir en marcha de apoyo a su gestión ambiental.

Gustavo PetroAyer veo que el alcalde ha resuelto atravesársele al proyecto de ampliación del aeropuerto dizque para defender un humedal en donde bajan los barraquetes, patos canadienses migratorios que año tras años toman un reposo en su viaje al sur, en las ciénagas de la costa y luego en las lagunas y humedales del altiplano. Otra falacia, a los patos les importa un cebollo el humedal.

Pueden ir a la Laguna de la Herrera en donde ya no serán fetecuados por los Fetecua, o a la de Pedro Palo.

El alcalde quiere parar la ampliación del aeropuerto para tirarse a Vargas Lleras que es el “dueño” del proyecto.

Petro nos deja una ciudad igual o más llena de huecos.

Una ciudad en donde no se realizó obra de importancia alguna.

Una ciudad desordenada.

Una ciudad donde la corrupción sigue siendo rampante.

Una ciudad sumida en el caos y la inseguridad.

Y esperan que uno participe en el falso plebiscito que se inventó.

No me gustan las corridas de toros pero me gusta menos el alcalde Petro.

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