El líder del equipo negociador del Gobierno y el Presidente Santos anunciaron ayer la publicación de todo lo acordado hasta ahora con las FARC.
Setenta páginas inicializadas en las que aparecen los acuerdos sobre los tres primeros puntos de la agenda.
Las primeras reacciones son eso, primeras reacciones.
Los amigos del Gobierno no leen sino lo “bueno”, y los enemigos no ven sino lo “malo”. Lógico en un país que un expresidente y un presidente han resuelto convertir en la arena de sus odios y pasiones.
Dicen que lo divulgado es malo porque no contiene suficientes compromisos de las FARC.
Pero es que las FARC no están gobernando entonces ellos no se pueden comprometer a cambiar la tenencia de las tierras y el desarrollo rural.
Las FARC no se pueden comprometer a asegurar la participación de la ciudadanía en las decisiones que afectan a las comunidades.
Las FARC no pueden cambiar la estructura tributaria para que los terratenientes paguen impuestos. Las FARC no pueden erradicar la corrupción.
Los acuerdos son entre un Gobierno que está gobernando y que va a seguir gobernando y entonces se tiene que comprometer a gobernar diferente y ojalá mejor y un grupo alzado en armas que está firmando los acuerdos porque no pudo tomarse el poder y entonces lo único que puede hacer es exigirle al Gobierno que gobierne diferente.
A cambio ofrecen que dejan de echar bala y de poner bombas y minas y de cometer toda clase de bestialidades y atrocidades.
Fui crítico de la politización del proceso de paz por parte del presidente cuando era candidato.
Desde la misma óptica, me parecen mezquinas las críticas superficiales de sus opositores.
Oscar Iván Zuluaga tiene que mostrar más inteligencia que limitarse a decir que los acuerdos muestran que nada está acordado y que lo único que buscan las FARC es legitimar 50 años de violencia.
¡Le da a uno la impresión que los opositores del Gobierno están cortos de críticas pero necesitan oponerse!
No pretendo ser ni tan inteligente ni tan disciplinado para haber leído las setenta páginas. Ya vendrá una lectura cuidadosa y las respectivas reacciones y comentarios.
Por ahora, enhorabuena.
Maravilloso que hayan divulgado los acuerdos.
Si lo que he alcanzado a leer se cumple, Colombia será otro país.
A unos les gustará y a otros no. Peros será otro país, yo creo que mejor.
Creo que Juan Lozano, a quien escucho a diario en Blu Radio, se equivoca cuando dice que no ve cuáles son los compromisos de las FARC.
Al contrario el que haya setenta páginas con acuerdos puntuales, en muchos casos de una impresionante minucia, en cada una de las cuales aparecen las iniciales de un representante de las FARC, es para mí una demostración de voluntad de paz de una trascendencia histórica.
Quedan temas por acordar. Quedan armas por deponer. Violencias por erradicar.
Habrá que ratificar lo acordado. Y vendrá el post conflicto.
Hoy estamos mejor que cuando tras ocho años de seguridad democrática tuvimos que aceptar que a las FARC no las íbamos a derrotar y que había que sentarse a buscar otra salida.
Quiero creer que encontramos la salida.
Ahora toca salir airosos.