BOGOTA. ESPECIAL PARA EL MOLINO — Me había prometido que iba a expresar mi indignación con los escándalos de los grandes bancos y de las multinacionales farmacéuticas. Para ello pensaba escribir una crónica un poco más juiciosa tratando de entender qué es lo que ha pasado. Me puse a investigar, un poquito no más, y me encuentro con una situación aún más indignante.

Yo había llegado a creer que lo de Lehman Brothers, y lo del Crédit Agricole antes, lo de Fanny Mae, et al era el resultado de unos “traders” inescrupulosos que habían aumentado la exposición de los bancos. Pero a medida que estalla el escándalo nuestro de cada día va apareciendo una cultura bancaria basada en la mentira, en el todo vale mientras el resultado sea lo suficientemente bueno para que las acciones suban y con ellas los bonos de los administradores.

Tres instituciones de la gran banca, Barclays, J.P. Morgan Chase y HSBC, de a uno por semana han mostrado de qué están hecho los grandes bancos hoy en día. A Barclays le demostraron que habían hecho trampa con los reportes de sus tasas de interés lo que resultó en una indebida manipulación de la tasa interbancaria del mercado de Londres, el LIBOR, que es una tas de referencia para millones de transacciones financieras en el mundo entero.

Difícil de saber cuál es el tamaño del engaño y su impacto, pero es una estafa.

Claro lo primero que hicieron los directivos de Barclays fue decir que habían sido unos funcionarios inescrupulosos, pero eso se cayó de su peso cuando salieron a relucir unos emails entre el presidente de Barclays y agentes de Banco Central Inglés y cuando funcionarios del Federal Reserve de New York aceptaron que conocían esas prácticas.

Ya cayó el CEO del banco aunque no hemos visto ninguna noticia que diga que ha devuelto los bonos y salarios billonarios que recibía.

Cuando estaba preparándome para escribir el rollo de Barclays aparece una noticia que nos cuenta que las pérdidas acumuladas por JP Morgan Chase como resultado de malos manejos pueden llegar a Siete Billones de Dólares, Siete Mil Millones de Dólares, más o menos Doce Billones de Pesos Colombianos y el Ceo lo cuenta y sigue tan campante.

Entonces yo iba a echar el cuento comparando uno y otro escándalo, o más bien subrayando lo que uno y otro escándalo tienen en común, la mala fe de los banqueros y la impunidad que los acompaña.

Me estaba yo colocando todo contento porque un funcionario de la administración del condado de Nassau en New York anunció que iba a demandar a Barclays por las pérdidas causadas en las finanzas del condado por la manipulación de las tasas de interés y un comentarista dijo que eso podría tener efectos criminales. Yuppiiiiiiiiiiiie, banquero inescrupuloso a la guandoca. Ahora si me pongo a escribir este rollo pensaba yo y sabe qué, no.

Una comisión del Senado de los Estados Unidos completó una investigación y ha establecido que HSBC tenía prácticas de tal nivel de tolerancia que permitió a los narcotraficantes asesinos mexicanos lavar billones de dólares.

Es decir la falta de escrúpulos en este caso untó al banco y a la banca de la sangre de los cincuenta mil muertos que la guerra de las drogas ha dejado en México.

No soy economista pero tampoco soy estúpido.

Me pueden decir que la crisis del sector financiero que empezó con la caída de Lehman en 2008, fue el producto del exceso de exposición al riesgo.

Me pueden decir que la burbuja española dio al traste con la economía, con el empleo y no sabemos aún si con el Euro.

Pero yo ya no les creo.

Lo que veo es que los banqueros que eran gente decente, que en Colombia siguen teniendo la reputación de ser gente decente, resultaron chimbos.

Esos banqueros multimillonarios a los 30 años, esos banqueros formados en las mejores universidades, esos señores tan bien vestidos y con tan buenos modales de la City en Londres resultaron ser unos asaltadores de caminos. Trampearon con las tasas de interés, mintieron sobre los resultados de sus cagadillas y les lavaron la cochinada a los mafiosos mexicanos.

Eso si, siguen vistiendo Armani, manejando Mercedes y BMW, comiendo en restaurantes en donde en medio del peor esnobismo le sirven a uno comida de segunda por precios que podrían alimentar a una familia del tercer mundo por un mes.

No puede ser coincidencia que esos hayan sido los banqueros de una de las peores crisis económicas que haya tenido que vivir la sociedad moderna.

No puede ser que esos banqueros no tengan ninguna responsabilidad. Si queremos salir adelante como sociedad debemos exigir que esos banqueros se pudran en la cárcel con diría nuestro folclórico ex vicepresidente.

Ilustración cortesía de vector portal via flickr