Niños guerrillerosInaudito.

¡Los derechos de los niños no son negociables!

Ni pueden ser interpretados y amañados para fines oscuros.

Reflexiones de Juan Manuel UrrutiaDesde dos orillas del quehacer político colombiano, con la plena complicidad de la clase dirigente se han llevado a cabo dos horripilantes violaciones de los derechos de los niños.

En la Comisión Primera del Senado, con valientes pero equivocadas excepciones, pero con la caverna conservadora rezandera y cristiana a la cabeza, esta semana se abrió paso una iniciativa cuyo propósito es la violación de los derechos fundamentales de miles, de niños y niñas colombianos.

La Convención de Ginebra establece los derechos universales del niño y entre ellos el derecho a criarse en el seno de una familia que los ame y lo proteja.

En Colombia hay, hoy en día miles de niños y niñas estacionados en unos establos, mal llamados instituciones de protección, orfanatos. Otros miles viven en hogares substitutos que son más un negocio de las madres substitutas que los nidos de amor que merecerían esos niños.

De esos miles de niños y niñas abandonados, maltratados, perdiendo oportunidades, están los de más difícil adopción que crecieron en las instituciones del sistema esperando que el defensor de familia certificara el abandono. Niños y niñas ya adolescentes, que nunca conocieron el amor de un padre o de una madre o de dos padres o de dos madres, que carajos importa, nunca conocieron ese amor, ese sentido de protección, ese “dale hijo que tú puedes”.

La adopción es un derecho de los niños y de las niñas y cualquier limitante es una limitación a ESE derecho. Al decir ni que los y las homosexuales, ni los solteros pueden adoptar no se está excluyendo a nadie, se está violando la Convención de Ginebra, lo demás son babosadas. En efecto al limitar en número de ciudadanos adultos que pueden adoptar le están cerrando opciones de ejercicio pleno de sus derechos a miles de niños y niñas, generalmente los más vulnerados de los niños y niñas abandonados.

La senadora Morales es una violadora de los derechos de los niños. La Paloma de la guerra es una violadora de los derechos de los niños, y así todos y cada uno de los senadores que permitieron que semejante esperpento de proyecto de convocatoria a un referendo pasara el primer debate. Ahí no hay ni ciencia, ni doctrina, ni ideología aceptable, LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS PREVALECEN SOBRE LOS DERECHOS DE LOS DEMÁS

Desde la otra orilla, el Gobierno y las FARC resolvieron crear una monstruosa y vergonzosa cortina de humo para tapar uno de los crímenes de lesa humanidad más aberrante, el reclutamiento de menores de edad. Al pactar la pantomima de la entrega de un número irrisorio de niños, eso sí, sacando al ICBF de la ecuación, el Gobierno y las FARC le ponen el sello de la infamia a por lo menos 17 años de violaciones sistemáticas de la convención de Ginebra, que son, y serán tratadas como delito de lesa humanidad. En 2002, cuando dejé la dirección del ICBF en el informe de empalme que presenté, registraba la desmovilización de más de cien niños y niñas excombatientes y presentaba una estimación según la cual habría cerca de 5 mil menores de edad en las filas las FARC, más o menos el 30% de total de sus efectivos eran memores de edad. Once años más tarde la directora del ICBF se refirió a un estimativo de 3,000 menores de edad en las filas. Han entregado siete.

¿En dónde están los 2993 restantes?

Fuentes enteradas me han informado que las FARC exigieron que el ICBF fuese excluido del proceso de desmovilización de los menores de edad. ¿Por qué? Pues porque la gente del ICBF es pila y ellos saben. En esa el Gobierno aceptó y esperan que nos traguemos el sapo.

Ese pacto le permite a los comandantes de las FARC esconder los niños forzados, explotados y maltratados en sus filas. ¿Cómo los esconden? Dejándolos en los pueblos, como se hizo en Centroamérica, así se fueron formando las temidas maras, con niños y jóvenes desmovilizados sin que se hubiera llevado a cabo ningún proceso de reinserción ayudado por el Estado.

A lo adultos les van a dar casa, carro, beca, televisión a color y curul y a los niños una palmada en la espalda un “váyase para su casa chino”.

Violando los derechos de los niños de forma tan aberrante no se construye la paz, se construye otra infamia.

Y quienes son los violadores, los supuestos amigos de los niños, los jefes de las FARC, el Gobierno y sus negociadores y los senadores de la república que aprobaron en la Comisión el proyecto de la senadora Morales y los cristianos.

Pobres niños y niñas con amigos así, apaga y vámonos.