La abstención siempre ha sido alta pero esta, casi 60%, es la más alta desde 1994 cuando fue de 66%, en 98 fue de 49%, en 2002 de 54.5%, en 2006 del 55% y en 2010 del 51%.
El único candidato que sacó menos votos que su movimiento o partido fue el candidato presidente.
Clara López obtiene una votación que es casi cuatro veces las del Polo en las legislativas.
Zuluaga logra un aumento de 85% sobre la votación del Centro Democrático.
Peñalosa salió trampeado pues lo comparan con la consulta de los verdes en la que votaron más de dos millones de personas, pero la verdad es que logró doblar la votación de la Alianza Verde en las parlamentarias.
Martha Lucía sacó unos voticos de más que el partido conservador en las legislativas.
El voto en blanco aumentó algo.
Mucho menos votos nulos, lo que era de esperarse, es un tarjetón mucho más simple.
Los analistas se van a regodear. Los números dan para todo.
Con relación a la abstención se me ocurre una hipótesis “diferente” a la de la falta de cultura política. Colombia es un país informal. El empleo es informal, el comercio es informal, le código de tránsito es informal, la contratación pública es informal. ¿Por qué un proceso electoral debería ser diferente?
La gente no contrata su personal formalmente, sale muy caro. La gente no paga impuestos, sale muy caro. Los resultados de las licitaciones se cambian para favorecer a los amigos, las licitaciones se vuelven informales. Los ricos no parquean en los estacionamientos sino debajo de las señales de prohibido parquear, sale muy caro. Las señoras emperifolladas no hacen cola en las cafeterías de los clubes de la élite y empujan a los niños que si la están haciendo.
El voto es muestra de civilidad, todo lo anterior no.
Otra hipótesis, no mía, “los dueños de los votos en la Costa los guardaron”.
El hecho concreto es que en la Costa Caribe, en donde Santos barrió en las parlamentarias y volvió a ganar ayer, se “embolataron”, entre Marzo y Mayo, novecientos mil votos, el 30%.
¿Será que los guardaron para la segunda vuelta?
Se imaginan Ustedes la felicidad de los vacacionistas de La Habana cuando pueden decir tranquilamente que cualquier Gobierno es ilegítimo porque el 60% de los colombianos lo que expresaron es su silenciosa oposición.
Y así, en medio de la “apatía”, el candidato del expresidente y el presidente candidato van a disputar una segunda vuelta.
Hace cuatro años el candidato presidente obtuvo 6.8 millones de votos en la primera vuelta y nueve millones en la segunda vuelta.
Hagan sus apuestas. Yo perdí todas las que hice para la primera vuelta así que ni a bates me dejo convencer de participar en una gallina más.
Nota. Hace dos semanas me quejé de una columna de María Isabel Rueda, ayer publicó en El Tiempo, una que me pareció valiente y objetiva. Otros medios siguen mostrando demasiada parcialización.
