La entrevista con Martha Lucía Ramírez en Blu resultó mucho más amena que sus discursos. Ayer no alcancé a comentarla.
Estuvo hasta divertida en ciertos momentos. Dos cosas me sonaron bien. Sus críticas al proceso de paz son las mismas que yo tengo.
Las FARC siguen cometiendo los mismos crímenes de lesa humanidad, lo que hace pensar que su voluntad de paz en mínima si no inexistente. Esa no es una crítica al proceso sino a las FARC.
Al contrario del Centro Democrático ella de cierta forma reconoce el derecho del Presidente a llevar a cabo el proceso y anuncia que lo continuará con ajustes. Por ejemplo para asegurar que las FARC no sigan reclutando niños para usarlos como bombas como en Toribío en Cauca y Tumaco en Nariño.
Dice que no acepta la impunidad, que el servicio civil que propone el verdadero jefe de debate del candidato presidente es una burla, que los jefes de las FARC no pueden terminar lavando andenes, que tiene que ir a la cárcel.
DA un ejemplo que me gustó.
Que juzguen a Timochenko y lo condenen a la pena que le toca, pueden ser 40 años luego se le puede perdonar parte de la pena, pero que pague algo, así sean tres años, no importa, me gusta.
Por lo tanto no cabe en la categoría de los enemigos de la paz de la que tanto habla el candidato presidente.
Eso es lo que llaman, verdad justicia y reparación.
Y ahí tiene mi voto.
En los demás temas su posición no difiere mayormente de la del candidato presidente o la del candidato del expresidente.
Lógico es de los mismos, trabajó con todos.
Ni ella ni su campaña han entrado en la guerra sucia.
Si pasa a la segunda vuelta tendrá que cuidarse de los excesos y libertades de mi amigo Juan Carlos Pastrana en su cuenta de Tweet.
Definitivamente Peñalosa debe dedicarse a montar en bicicleta. No me llega, no me parece que haya articulado un discurso creíble. Lo que propone es un galimatías. Los problemas de Colombia no se limitan a hacer ciudades con parques. Creo que Peñalosa necesitaría definirse mucho más.
Confieso que Enrique no me convence cuando dice que él no es político, que no tiene jefes.
Ha estado haciendo política desde hace 20 años por lo menos. Ha militado en más partidos y movimientos que los puestos de un bus de su amado Transmilenio.
Peñalosa fue un gran alcalde de Bogotá. Es un gran gerente. Eso no lo hace estadista y su discurso de que lo que se necesita es gerencia, está bien para una ciudad, un país no necesita gerentes, necesita presidente y este más que muchos otros.
Imágenes y audio cortesía Blu Radio
Martha Lucía Ramírez (Si en su región no funciona el audio, pulse aquí)
Enrique Peñalosa (Si en su región no funciona el audio, pulse aquí)
