Juan Manuel Urrutia VDice mi nieta Julia cuando hay un ruido que no le gusta o cuando paso muy rápido por unos topes que hay en un sitio que se llama La Punta en la carretera de Villeta a Bogotá.

Entre el 4 de Julio, en medio del guayabo de la derrota de Colombia ante Brasil, me enteré de la salida de tres directores de Institutos.

Salió la directora de Conciencias, ahí quedó el requesón.

Salió el director del ICFES. Según la Silla Vacía, “Se salvó el ICFES”.

Mi querido amigo que sí sabe de educación me dice que ni tanto que queme el santo ni tan poco que no lo alumbre.

El ICFES está llevado hace rato. El saliente director tenía buenas intenciones pero resultó bastante limitado de la pensadera.

Quería reformar el ICFES y tenía asesores que le daban buenas ideas, pero su manejo de los asuntos administrativos y de personal fue lamentable. Resolvió, por recomendación de sus padrinos, devolverle el contrato de las pruebas de Estado, el famoso examen del ICFES, a la transportadora de valores Tomás Gregg and Sons, de la familia Bautista.

Fiasco, el costo político era infinito y las razones técnicas inexistentes.

Echó para atrás pero era tarde se había ganado la desconfianza de la “rosca”.   Luego se enfrentó con uno de sus directores, que tenía bastante poder y entorpecía. Le declaró insubsistente su nombramiento, es decir lo botó, sin consultar con la Ministra de Educación a quien no le gustó la cosa. Acabaron botando al director y restituyendo al enemigo. El ICFES sigue igual, de mal o de peor.

El episodio fue relatado en detalle por La Silla Vacía.

El mismo 4 de Julio presentó su renuncia el Director del ICBF.

Esa no salió en ninguna parte. En chismeadero dice que lo iban a destituir y renunció. No hay escándalo. No hay noticia. Salió, era el cuarto en este gobierno, vamos para cinco.

Veamos. Colciencias es la institución del Estado que debe promover la Ciencia y la Tecnología en Colombia.

El cambio de directora por razones políticas, según lo explicó el propio Ministro de Hacienda, es síntoma de la falta de una política pública para la Ciencia. Una nación sin ciencia no tiene futuro. Una nación sin ciencia no tiene presente. Como estaremos de mal que el farsante Patarroyo sique maltratando micos y siendo calificado por revistas serias como Semana como un gran científico, disque porque inventó la vacuna contra la Malaria. Mentira, yo trabajé por seis años en prevención de Malaria en África en donde esa enfermedad mata más gente que el SIDA y la Tuberculosis juntos, y para eso no hay vacuna.

Veamos. El ICFES es la institución del Estado creada para promover y velar por la calidad en la educación.

Según La Silla Vacía y otras fuentes la salida del director del ICFES obedece a problemas políticos. No hay detrás de su nombramiento ni de su remoción nada más que politiquería. Política pública para promover la calidad de la educación ¡ya voy toño!

Hoy la Ministra de Educación, descaradamente explicaba que las pruebas PISA, esas que tenemos que hacer para que nos dejen entrar al club de los ricos, incluyen un componente de educación financiera, que la educación en Colombia no tiene. Que incluyeron esa prueba en la que quedamos de últimos porque el club de los ricos quiere que incluyamos la educación financiera en el pensum.

Pregunto: ¿educación financiera modelo INTERBOLSA, o modelo conglomerados?  Que nombren a Víctor Maldonado director del ICFES.

Ni miremos.

Este gobierno ha cambiado al director de ICBF cuatro veces. Le quitó la fuente de su estabilidad financiera al eliminar los parafiscales y como gran cosa desvirtuó el modelo de los hogares comunitarios de bienestar al convertirlo en el negocio de las madres comunitarias asalariadas.

¿Y los niños y niñas?

¿Los niños huérfanos de la guerra, sus verdaderas víctimas? Invisibles, no he oído a los “voceros de las víctimas” como la camarada Piedad o el camarada Iván Cepeda, mencionarlos. Los niños y niñas reclutados, voluntaria o forzosamente, explotados, convertidos en asesinos o asesinados, ¿en qué capítulo de la negociación aparecen? ¿Cómo será su desmovilización? ¿Los van a esconder, como hicieron con los paras en El Ralito?

Hubo un tiempo en que el ICBF era el articulador de una Política Pública de Infancia, la que resultó en la Ley 1098 de 2006, llamada el Código de Infancia y Adolescencia.

Ahora es el pagador de la nómina de las madres comunitarias, ¿y qué más?

Julia y su generación están creciendo en un país en el que las decisiones sobre ciencia se toman como el café, con mermelada. Se tienen que educar en un país en el que la política de calidad de la educación la pretenden dictar los socios de los países ricos y pasarán los próximos dieciocho años de sus vidas en un país en el que la institución que debe velar por la promoción de sus derechos, es un botín de los politiqueros

¡Qué Suto!