Juan-Manuel-2En el país han venido creciendo los fenómenos de creación de masas de choque espontáneas y coyunturales, que devienen en linchamientos, asonadas, saqueos y sabotajes por razones locales. Son formas efímeras de descontento explosivo, síntomas de un problema más profundo, que es la destrucción de las organizaciones sociales y la pérdida del capital social que permitía la solución de conflictos. El conflicto armado, el desplazamiento de comunidades, los cinturones de miseria de los refugiados del campo, son factores que confluyen en la pérdida de control de la población sobre sus condiciones de vida.

Esta situación hace a la población vulnerable a ser convocada por organizaciones bien estructuradas que pretendan representar fuerzas acrecentadas para mejorar su posición negociadora y su poder relativo, como ocurre claramente en la coyuntura presente con las Farc, que buscan mostrar su capacidad de movilización social para traducirla en ganancias de reconocimiento en la mesa de negociaciones de paz. Igualmente la movilización es aprovechada por opositores políticos, como el Polo o el Centro Democráticos, para respaldar con opinión popular sus ataques al gobierno. Finalmente, líderes de organizaciones sociales o gremiales encuentran rentable encabezar movilizaciones de sus bases para fortalecer posiciones relativas dentro de la organización

Alejandro Reyes Posada, Agosto 9 de 2013.

La anterior cita textual del blog de Alejandro Reyes a quien considero uno de lo más claros y objetivos analistas del devenir colombiano es un excelente resumen de lo que es el paro agrario, minero y de transportadores que se convocó para el 19 de Agosto y que continúa mientras escribo estas líneas.

Como era de esperarse se han presentado desmanes y como era también de esperarse, esta vez las autoridades parecen haber estado mejor preparadas.

Todo movimiento de protesta es justificado o totalmente injusto.

Eso depende de quien lo analice, los promotores o quienes son objeto de las protestas.

No caeré en el lugar común de apoyar o de condenar el paro agrario que, con apoyo de los transportadores, los mineros, la USO, el MOIR, las FARC, el Polo Democrático Alternativo  y el Centro Democrático, ha sido convocado para hoy.

A medida que avanzan las horas, le va quedando a uno la impresión que lo que se está gestando es un  proceso  de oportunismo político  hipócrita y  descarado muy en línea con el análisis de Reyes.

Las FARC, el Polo y el Centro Democrático, todos a una como Fuenteovejuna, buscan sacar dividendos.

Hay evidencia que en el Huila y en Chocó las “milicias de las FARC” han forzado a las comunidades a participar y a apoyar logísticamente el paro.

Prefiero que las FARC convoquen a este tipo de protestas, en lugar de asesinar y masacrar, para buscar fortalecer su posición negociadora demostrando que tienen capacidad de convocatoria.

Lamento que la capacidad de convocatoria tenga elementos de extorsión como lo denuncian las autoridades.

Pese a los ingentes esfuerzos del Gobierno por mitigar el impacto de la crisis cafetera, causada en buena parte por los muy bajos precios del grano en los mercados internacionales, precios sobre los cuales Colombia tiene poca injerencia, el movimiento llamado Dignidad Cafetera, creado por el MOIR en el eje cafetero, bajo el liderazgo del senador Robledo se empeña en convocar a la “protesta social”.

La CUT ha convocado para hoy a una marcha de protesta en solidaridad con el paro agrario.

Entiendo que el Polo, partido que ha perdido credibilidad como resultado del saqueo al que sometieron a las arcas de Bogotá, busque pescar en río revuelto para tratar de salvar un umbral que está en alto riesgo de perder.

Los productores del Huila, muy activos en el anterior paro cafetero le han retirado su apoyo a esta versión aduciendo que el paro está infiltrado y que el diálogo con el Gobierno les ha resuelto muchos de sus problemas.

Se oyen barbaridades tales como que los cultivadores se oponen a tener que presentar las facturas  correspondientes a las ventas de café para obtener los subsidios pactado a raíz del paro anterior.

¿Cómo hace el Gobierno para pagar un subsidio sin comprobantes?, ¿quién asume la responsabilidad fiscal?

El paro cafetero no busca la reivindicación de los cultivadores. El paro cafetero promovido por Robledo y que se concentra en el viejo Caldas,  busca conseguir los votos para que un senador que promovió y apoyó el más descarado asalto a los recursos de los bogotanos de que se tenga noticia logre alcanzar el umbral que le permita seguir apoyando  “todas las formas de lucha” desde una curul.  Umbral que su partido el Polo Democrático Alternativo ya no le garantiza.

Eso apesta a oportunismo.

El paro cafetero cuenta con el apoyo del precandidato Oscar Iván Zuluaga, cuya única esperanza de sacar algún voto radica en los departamentos del eje cafetero.

Extraño por decir lo menos, que un exministro de hacienda, miembro de una de las familias más adineradas de Colombia, apoye una iniciativa de un senador que hace algunos años se ensañó en contra de los negocios agrícolas de esa familia en los llanos orientales.

Eso apesta a oportunismo

Condeno el oportunismo del Centro Democrático que apoya un paro contra las políticas que durante 8 años promovió, políticas que por ejemplo permitieron el desmedido enriquecimiento de los hijos de Álvaro Uribe.

Ninguna de las otras agremiaciones de productores agropecuarios, Fedepapa, Fedearrroz, la SAC, Fedegan, etc… apoyan el paro.

El paro agrario ha sido convocado por un fantasma llamado la Mesa de Interlocución Agraria, cuyos líderes se desconocen.

Entre las peticiones incluidas en un “pliego” presentado por la tal mesa, figuran el desmonte de los tratados de libre comercio, la congelación de la inversión extranjera en el agro y la devolución de tierras “usurpadas” por el gran capital. Esa es la agenda del senador Robledo y poco o nada tiene que ver con los intereses reales de los campesinos.

Los transportadores, quienes hace un par de años “arrodillaron” al Gobierno al paralizar la movilidad en las carreteras y los ejes viales de las grandes ciudades, están agrupados en dos grandes agremiaciones.  Una de estas anuncia su repudio al paro convocado por el líder de la  otra, Pedro Aguilar, de quien se sabe tiene serias aspiraciones políticas.

He sido un ferviente admirador de los movimientos de protesta con sentido, con propósito.

Admiro la forma en que los estudiantes colombianos tumbaron una reforma a la educación superior a punta de reivindicar el poder de la no violencia.

Me emocionaron las protestas de los brasileños contra los pésimos servicios que reciben a cambio de sus impuestos.

Me hubiera encantado ver a los bogotanos, indignados, protestando contra las tres alcaldías del Polo que acabaron con nuestra ciudad. Por eso tengo serios reparos al paro de la unidad de los polos. El de Robledo y las FARC, con el de Uribe y sus precandidatos. Colombia merece mejores protestas.