Juan-Manuel-26-300x270En efecto desde el 8 de agosto de 2010, al otro día de posesionarse, el presidente Santos nos hizo saber que si no acababa la tarea se mandaba para un segundo término. Después pasó 39 meses y 12 días diciendo que no quería la re elección pero que si tocaba pues tocaba.

Esa  mamadera de gallo se acabó en la noche del 20 de noviembre, cuando el señor presidente anunció lo que estaba anunciado.

Se lanza a la re elección.

Como alguien dijo, se necesitaba vivir en otro mundo para sorprenderse con la noticia.

El slogan con que se lanza la campaña para la re elección es “hemos cumplido pero tenemos que continuar para terminar la tarea”.

Cualquiera sabe que la tarea nunca se termina y menos cuando la tarea se enreda, se complica. Cuando las reformas prometidas se las roban los políticos, las tumban los estudiantes, las complican las de los grupos de intereses.

Si el presidente Santos no hubiera querido re elegirse bien podría reclamar, con el mismo discurso con el que anunció su sorprendente decisión de hacer lo que había anunciado que haría desde hace 39 meses y 12 días, que la tarea se ha cumplido.

Es cuestión de ángulo.

Dijo que bajaría el desempleo a menos de dos dígitos, el desempleo está por debajo del 10%, la tasa más baja de los últimos 12 años.

Dijo que impulsaría la lucha contra la pobreza extrema y durante su Gobierno se ha sacado de tal situación a más colombianos que nunca antes.

Dijo que construiría un millón de viviendas y por ahí cerquita está.

Dijo que presentaría los proyectos de ley para reformar la justicia, la educación y la salud.  Los presentó.

Dijo que firmaría los tratados de libre comercio. Los firmó, nos tiene jodidos, pero los firmó.

Dijo que continuaría la lucha sin cuartel contra el terrorismo y durante su mandato le han dado los golpes más contundentes a las FARC.

Dijo que continuaría defendiendo la seguridad de los colombianos y su Gobierno ha dado una lucha frontal contra la herencia de El Ralito, las BACRIM.

Se le atravesó La Niña, que inundó al país y dejó a cerca de 700,000 familias damnificadas. Se craneó a Colombia Humanitaria, atendió la emergencia, re estructuró en Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres y sentó las bases para una reconstrucción coherente con los riesgos que implica el cambio climático.

Y para rematar dijo, el día de su posesión que la llave para abrir las puertas de la paz estaba lista y la usó.

Negoció una agenda de diálogos con las FARC y ya se han logrado acuerdos sobre dos temas fundamentales.

De todos los puntos anteriores, el único que no mencionó en su “sorpresivo” discurso de lanzamiento es el de La Niña, no sé por qué.

Yo que soy medio ingenuo me pregunto ¿por qué la re elección?  Porque no se aguantan las ganas.

No hay otra respuesta posible.

La historia, que el presidente Santos dice consultar, nos muestra que salvo muy contadas excepciones los segundos términos nunca son buenos. Basta con mirar la enredada de Obama en los Estados Unidos, el desprestigio de GW Bush, o las dificultades que tuvo Clinton.

Ni qué decir de la dicotomía de Uribe que se las arregló para ser el mejor presidente que ha tenido Colombia desde el Frente Nacional en su primer término y el peor de todos, todos en su segundo.

Se inicia la campaña en medio de la hipocresía de una vaina que llaman la Ley de Garantías que busca convertir en esquizofrénico al presidente/candidato.

Típica leguleyada pendeja colombiana resultante de la invención de una reforma constitucional que se negoció en un baño a cambio de unas notarías.

Si aceptamos la re elección aceptemos que el presidente se vuelve candidato y que lo que se re elige es al presidente, no a un desdoble de personalidad del presidente.

Dejemos la pendejada de salir a exigir garantías.

A exigir que el candidato no inaugure obras pero a permitir que el presidente entregue obras. A demandar que el presidente no critique a sus oponentes pero a permitir que el candidato lo haga.

Será que de ahora en adelante el presidente se va a llamar Juan Santos y el candidato Manuel Santos.

Que Juan va a defender su obra de Gobierno y que Manuel va a promover la continuidad de la obra de su antecesor. Cuidado porque según Uribe y sus amigos Juan y Manuel prometieron seguir la obra de Álvaro y nanay cucas, ninguno de los dos la siguió.

Lo bueno que tiene el anuncio de Juan y de Manuel es que inmediatamente empezó la campaña. Oscar e Iván que esos si son uno sólo, Álvaro, han anunciado que derrotarán a Juan y a Manuel porque van a hacer los mismo que ellos dos pero mejor, echando más bala y peleando más con los vecinos.

Los demás candidatos no tienen chance. Se llaman Enrique, John, Clara, Antonio, Ingrid. Un solo nombre. Todo mundo sabe que cuando son dos contra uno siempre ganan los dos.

Por eso veinticuatro horas después de iniciada la campaña todo mundo dice que va a ser entre Juan y Manuel contra Oscar e Iván.  No sé para qué entonces tanta joda.

Hagamos una par de debates entre esos cuatro, y votemos. O mejor un debate, vía twitter entre Juan o Manuel y Álvaro y que el que gane siga gobernando.

Lo demás es cuestión de repartir la mermelada y mantener la corrupción en sus justas proporciones que es lo que se viene haciendo en Colombia desde hace un buen rato.